Los tres juzgados de lo Mercantil de la provincia de Pontevedra (dos ubicados en la capital y el tercero en Vigo) han visto como en los últimos meses ha descendido el número de empresas que entran en concurso de acreedores a niveles que no se daban desde el inicio de la crisis económica, en el año 2008. Según los datos hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística, los juzgados tramitaron un total de 16 solicitudes de concurso, la cifra más baja en un trimestre desde los 8 que se contabilizaron en el último trimestre de 2007 y, aproximadamente, en el mismo nivel que los 18 que se registraron en el primer trimestre de 2008.

A partir de esa fecha, las empresas en concurso de acreedores comenzaron a multiplicarse a una media de 50 cada tres meses, hasta las 71 del cuatro trimestre de 2010, la cifra récord en cuanto a empresas que se acogieron a la antigua suspensión de pagos en la provincia de Pontevedra. En total, desde 2010 son cerca de 1.200 empresas concursadas de las que la práctica totalidad acabaron en la liquidación.

Las cifras de este primer trimestre de 2016 supone también un descenso de un 38% en el número de firmas concursadas con respecto al mismo periodo del pasado año, en el que ya se detectó una tendencia a la baja en cuanto a la cantidad de concursos al contabilizarse 87, frente a los 191 del ejercicio de 2014.

Los datos del INE permiten también confirmar que la construcción fue el sector más dañado por la crisis económica, aunque quizá con menos diferencia de la esperada frente a otras ramas de la actividad como la industria. El número de empresas que acabaron en el juzgado de lo mercantil en los últimos cinco años al no ser capaz de hacer frente a sus deudas y obligaciones económicas fue de 281 en la construcción, frente a las 261 del sector industrial.

La estadística del INE también permite diferenciar, dentro de la construcción, aquellas ramas más afectadas. Claramente el "crack" del ladrillo hizo mella en las empresas dedicadas a levantar inmuebles destinados a viviendas que aglutinan la mayoría de las empresas concursadas. De las 281 de las constructoras en problemas, son minoría las que se dedican a la ejecución de otro tipo de infraestructuras u obra pública, aunque también las hay: un total de 91. El resto estaban especializadas en edificios residenciales.

Por último, la hostelería perdió un total de 25 firmas desde el comienzo de 2010 hasta marzo pasado y también acabaron en concurso algo más de medio centenar de firmas de actividades profesionales, científicas y técnicas. A esta lista hay que añadir una decena de empresas de información, 18 financieras y agencias de seguros y el resto están sin calificar por parte del INE.

Otro dato curioso es que la crisis acabó con empresas de gran tradición en la provincia, dado que 185 firmas concursadas en los últimos cinco años en Pontevedra tenían 30 o más años de antigüedad. Un total de 70 empresas comenzaron a tener problemas económicos y acabaron en el Mercantil antes de cumplir los cuatro años de historia.