Las obras del Pabellón Municipal de Deportes para modificar su cubierta y recuperar en lo posible el diseño del arquitecto Alejandro de la Sota de 1964, obligarán a cerrar una temporada el recinto, pero hasta el momento se desconoce cuánto tiempo. No obstante, el Concello tiene claro que solo podría hacerse en verano y fija un máximo de tres meses en los que se podría prescindir del pabellón por su escaso uso deportivo estival.

Así, el concurso para adjudicar las obras establece que del 6 de junio de este año al 2 de septiembre podría estar cerrado, si bien las fechas concretas dependen de la oferta que se elija, que podría reducir ese periodo. En realidad, se detalla un cronograma más amplio, pero casi imposible de aceptar. Así, se apuntan tres estados de utilización. En primero de ellos es el de "disponibilidad total de cierre de la instalación para usos deportivos", es decir, no habría inconveniente alguno para ejecutar las obras del 6 de junio al 14 de agosto. Ya del 15 de agosto al 2 de septiembre se entra en el periodo de "interferencia media en la actividad ordinaria", que implica la posibilidad de que esté cerrado "de ser imprescindible". En cambio, antes del 6 de junio y después del 2 de septiembre se trata de momento de "interferencia máxima" de las obras ya que habría "dificultad para recolocar las actividades de competición". Es decir, que a partir del 2 de septiembre el cambio de la cubierta tendría que estar ya ejecutado. El problema es que a día de hoy aún no está adjudicada la obra y una vez que se contrate a la empresa aún habría que esperar varias semanas (o incluso meses) a que se fabrique la estructura metálica del nuevo tejado, cuyo montaje posterior no puede rebasar tampoco los dos meses.

Asimismo, se establece otra condición y es que en todo momento se debe garantizar el uso de las oficinas situadas en Consejería, en la fachada Oeste, y de las situadas en la planta uno en la fachada Sur.

Cerrado el plazo de recepción de ofertas, son veinte las empresas que optan al proyecto, destinado a resolver el grave problema de goteras que tiene la instalación deportiva. La obra ronda los 700.000 euros y la cubierta que se modifica es únicamente la interior sobre la pista de juego, para lo cual está previsto el desmontaje de la estructura actual en diente de sierra construida en la reforma de la década de los ochenta, los canalones a los que vierten las aguas y de la estructura suplementada sobre la existente para el apoyo de dicha cubierta.