Con la implantación del Programa del Diploma (PD) de la Organización del Bachillerato Internacional el colegio SEK Atlántico pasa a ser pionero en Galicia, el primer centro educativo cuyos alumnos pueden acceder a los tres programas del Bachillerato Internacional. La responsable de la Institución SEK, la experta en innovación en la aulas Nieves Segovia, visitó ayer el colegio pontevedrés para compartir unas horas con la comunidad educativa en un día para celebrar el primer fruto de años de trabajo dedicados a lograr certificaciones, actualizar programas, formar docentes etc.
-¿Qué es el llamado continuo?
-Consiste en impartir los tres programas del Bachillerato Internacional, que son Primaria, Secundaria y ahora con el Diploma completamos el ciclo, con lo cual los alumnos se educan en un mismo marco curricular desde los 3 hasta los 18 años. Pensemos que los colegios que imparten los programas del Bachillerato Internacional son más de 4.000 y sin embargo no llega a 300 el número de ellos que imparten los 3 programas en todo el mundo, y si esos 4.000 que decíamos ya forman parte de la élite de los grandes colegios internacionales aquellos que imparten los tres programas me atrevo a decir que son la élite de los colegios internacionales, uno de ellos es SEK Atlántico.
-¿Hacia dónde debe encaminarse la educación?
-Precisamente en esta orientación que tiene el Bachillerato Internacional, que es un marco curricular mucho más competencial, mucho más basado en el desarrollo de esas competencias que tanto hablamos del siglo XXI, el pensamiento crítico, la capacidad para conectar la información, toda una serie de valores personales y también sociales, porque hay una parte importante que tiene que ver con el compromiso social dentro de cada uno de los programas. Es también un programa muy volcado hacia la interculturalidad, hacia la multiculturalidad, a que el alumno entienda que va a formar parte de un contexto muy globalizado, que será un ciudadano y un trabajador global y eso exige una mirada diferente. Y luego ya la educación tiene que hacerse en términos absolutos una serie de preguntas que son importantes, porque la gran transformación educativa que necesitan nuestros alumnos no puede esperar, tenemos que pensar de otra manera ya, con un cambio de paradigma absoluto, radical, en cómo, para qué, dónde educamos, dónde aprenden nuestros alumnos, con quién y qué aprenden, porque las respuestas ahora son muy diferentes, sabemos que aprenden dentro y fuera de las aulas, que aprenden en cualquier momento, que lo hacen con personas conocidas y desconocidas, las variables que entran dentro de la dimensión del hecho educativo han cambiado tanto que tenemos que afrontarlo.
-¿Tenemos soluciones?
-Sin duda, ahora tenemos la nueva tecnología, avances en neurociencia, en gestión de datos y otra serie de disciplinas que nos están ayudando mucho a la hora de plantear de una manera real en las aulas estas grandes transformaciones, es un tiempo apasionante.
-¿Nos hemos centrado muchos n conocimientos y poco en, por ejemplo, la inteligencia emocional o la creatividad?
-Por supuesto, el sistema educativo español, y no solo pasa en nuestro país sino también en otros, está muy dirigido al conocimiento, por eso está fallando, porque ahora el acceso al conocimiento el alumno directamente lo ha desintermediado, con lo cual el rol que ha de adoptar el profesor, el colegio y el propio sistema es otro, es acompañar en el desarrollo de otras cuestiones como la que menciona de la inteligencia emocional. Nosotros fuimos pioneros en España hace casi diez años también en el desarrollo de programas de inteligencia emocional, hicimos con Eduard Punset, colaborador de la casa desde hace muchos años y con su hija, Elsa, de la mano de Elsa vino a hacer formación con nuestros profesores Linda Lantieri, que es la académica que trabajó con Daniel Goleman en su gran trabajo sobre la inteligencia emocional. En el SEK siempre hemos entendido esa otra dimensión de desarrollar el yo, también ahora estamos trabajando mucho conceptos como la conciencia plena para que el alumno entienda su propia identidad, hay una forma de humanismo que tenemos que cuidar, también la relación con el otro y con un contexto global, son las tres dimensiones.
-¿Confía en el Libro Blanco de la función docente?
-Bueno, creo que para lo que ha servido es para llamar la atención sobre la importancia que tiene el profesorado en cualquier cambio y sistema educativo, parecía a veces casi que acompañaban el proceso pero no eran la parte central. Escuchar, entender al alumno es la parte central, es el primer paso de cualquier ejercicio de transformación, pero evidentemente si el profesor no transforma su rol y su función muy pocas cosas van a cambiar, la educación no cambia por decreto ley, no la va a cambiarla la Lomce, solo cambiará si hay un docente comprometido y motivado hacia el cambio, al que por supuesto hay que facilitar esa tarea, que creo que es el rol de las instituciones educativas, privadas pero también de la administración, facilitar a los profesores, que los hay, innovadores y con ideas de cambio, el salir adelante. El Libro Blanco ha creado esa sensibilidad de qué pasa con nuestros profesores, qué reconocimiento tienen.
-Insiste en que también hay que hacerse preguntas sobre cómo formamos a nuestros profesores
-Es otro aspecto importante, hay que plantearse qué esta pasando en las escuelas de Magisterio, que parece que están repitiendo los modelos (la formación inicial del maestro es una pseudoformación inicial, porque pensemos que el alumno de primero de Magisterio lleva 15 años en aulas con una práctica educativa que posiblemente ya le lleven a una forma de conducta, es decir ya llega condicionado, lo cual complica mucho su transformación) y luego la formación permanente, que también parece que es un hecho un poco abandonado. Y luego me atrevería a decir que hay que insistir más en el tema de evaluación de docentes, sin eso, y es un asunto del que cuesta mucho hablar, es imposible avanzar, hablamos de la evaluación para la mejora, para el aprendizaje, si evaluamos a nuestros alumnos cómo es posible que no seamos capaces de evaluar a los docentes y a las propias instituciones educativas y a la administración, todos para aprender tenemos que ser evaluados y nos tienen que decir en qué mejorar.
-¿Es optimista sobre el futuro de la educación en España?
-Siempre hay que ser optimista cuando se habla de educación porque es hablar del futuro, y si no somos optimistas respecto al futuro mal vamos, si se instalara una conciencia muy pesimista respecto al sistema sería terrible para el ánimo general. Es más, creo que ahora es el gran momento de la educación y España no puede desaprovecharlo, la nuestra es es la sociedad del aprendizaje, con lo cual una institución educativa tendría que asumir un rol de liderazgo como experta que es en procesos de aprendizaje, con lo cual ahora es el momento de las grandes oportunidades educativas y también el de la posibilidad de las grandes transformaciones metodológicas, se pueden hacer cosas que hace 10 o 15 años no eran posibles, es posible transformar la educación, lo que sucede es que se ha hecho tan urgente y vamos tan lentos que parece que nos desanima, pero vamos a pensar en positivo: ahora es el momento de la urgencia y de la posibilidad, pero para ello necesitamos a todos los agentes, de ahí que sea tan importante que la sociedad crea en el sistema y no externalice esa responsabilidad en la escuela o la universidad, todos somos agentes educadores.
