Más de mil escolares de Pontevedra degustaron ayer un menú elaborado por los cocineros del Grupo Nove Beatriz Sotelo y Xoán Crujeiras, poseedores de una Estrella Michelín, uno de los galardones más valorados de la cocina.

La carta estuvo compuesta por un primer plato consistente en una crema de espárragos trigueros con lascas de queso del país y un segundo protagonizado por jamoncitos de pollo en salsa de manzana con arroz, uvas, pasas y espinacas.

Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la empresa Serunión, adjudicataria del servicio de los comedores escolares en la ciudad.

"Muchas veces se cree que las comidas hechas para colectivos, como los colegios, son hechas sin cariño, y eso no tiene por qué ser así", explica Beatriz Sotelo, que recuerda que una buena alimentación en la infancia "va a repercutir en que tengamos buenos cocineros después".

La colaboración de ambos chefs implica que sus ideas sean llevadas a los fogones por los cocineros de los centros escolares durante todo el curso.

"Los menús son variados y equilibrados, adaptados a la estacionalidad y a la zona de cada uno de los colegios. Lo que queremos, también, es aumentar el consumo de productos de nuestra tierra", asegura Sotelo.

No es la primera vez que la cocinera y su socio, Xoán Crujeiras, preparan la carta para estos comensales tan especiales. El pasado mes de noviembre, fecha en la que se inició el proyecto, el primer plato consistió en una crema de judías verdes con ajada gallega y un segundo de lomo de cerdo braseado acompañado de salsa de naranja y castañas con patata panadera.

"Detrás de estos menús, que se elaboran durante todo el curso, hay un trabajo continuo y una continua formación", recalca la cocinera.

Una de las ventajas de este tipo de cocina, que acerca a los niños nuevos e innovadores platos, es que no se aumenta el precio de los menús. "Lo único diferente es que son presentados al público".

Experimentar sabores

Beatriz Sotelo es de la opinión de que elegir menús para niños no es tan difícil como se suele pensar. "Evidentemente, hay sabores que los niños no conocen, como las carnes más fuertes, pero hay que intentar que se acostumbren desde el principio a que coman todo tipo de verduras, frutas, pescados y carnes. Cuanto más abierto sea el abanico, mejor", afirma.

Respecto a si los pequeños en general se alimentan en casa, manifiesta que "los niños comen lo que les dan, y porque un día coman algo de fritura o un bocata o hamburguesa no es malo". "Los niños comen mal si les enseñan a comer mal", concluye.