Adrio Poza, nieto de Celestino Poza Cobas, no dudó en calificar el pasadizo como un "señor túnel", ya que además de sus dimensiones, de dos metros de ancho por dos de alto, "estaba azulejado y tenía luz eléctrica", si bien su único fin era facilitar al cirujano acudir a su sanatorio desde su casa. Eso sí, dada su profundidad y aparente solidez, en la familia "pensamos en él como posible refugio contra ataques aéreos en la guerra".

En este sentido, en las proximidades, junto al Hotel Madrid, existía un búnker para ese uso antiaéreo y en la fachada del edificio de la calle Andrés Mellado aún existe una inscripción que anuncia su localización. Aunque se llegó a pensar que había alguna conexión entre ese refugio y el túnel, el nieto del médico lo niega e insiste en que solo era utilizado para comunicar el sanatorio y la casa y facilitar la atención de posibles urgencias.

José Luis Adrio explica que en medio del pasadizo había un pozo y supone que con el paso del tiempo, el desuso y el abandono, tras el saqueo del centro sanitario, el túnel acabó inundándose, agravándose la salubridad, lo que llevó a su sellado hace algo más de cuarenta años.