Los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial deberán dirimir cuál de las dos versiones que se escucharon ayer en el Palacio Justicia de Pontevedra acerca de un incidente que protagonizaron dos jóvenes vecinas de Vigo durante la Festa da Auga de Vilagarcía de 2012 es el que se ajusta a la realidad.

En el banquillo de los acusados se sienta una de las implicadas, Raquel E. F., deportista que practicó lucha libre y que incluso llegó a entrenar en el centro de tecnificación de Pontevedra. Una conocida suya, U.G. A., la acusa de haberle agredido esa madrugada mientras estaba de fiesta y romperle la nariz. Una fractura por la que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y que le dejó como secuela una ligera desviación del tabique nasal.

Ambas reconocieron que la relación entre las dos no era buena en el momento de los hechos, debido a la amistad que mantenía la supuesta víctima con el exnovio de la acusada. La víctima sostiene que aquella madrugada de fiesta se encontraba hablando con una amiga suya cuando recibió un primer golpe por la espalda de la acusada, a la que no había visto. Luego insiste en que la acusada continuó pegándole puñetazos en la cara y que le rompió la nariz. Admite que no acudió al médico hasta al día siguiente, tras regresar a Vigo, cuando el dolor se volvió mucho más intenso. Asegura que Raquel E. F. ya le había amenazado previamente por la red social Tuenti. Una amiga que la acompañaba esa noche ratificó esta versión.

El relato de los hechos que realiza la acusada es diametralmente opuesto al de la víctima. Raquel E. F. asegura que aquella noche se encontraba en Vilagarcía cuando de repente escuchó como alguien la insultaba. Cuando se giró para ver quien lo había hecho observó que era la presunta víctima y se acercó a ella para pedirle explicaciones, que le dijese el motivo de aquel insulto. Asegura que, a continuación, fue la denunciante quien la agredió tirándole de los pelos y que ella intentó separarla para que la soltase. Luego se fue del lugar sin observar que U. G. A. presentase alguna lesión o sangrase por la nariz. Una amiga suya que también la acompañaba esa noche ratificó esta misma versión de los hechos.

Los magistrados contaron con un testimonio a mayores para arrojar luz sobre esta cuestión, el de la forense del juzgado quien señaló que la víctima presentaba una fractura de nariz "compatible" con un golpe o puñetazo. El fiscal pide una pena de dos años para la acusada y una indemnización de 2.400 euros para la víctima. La defensa pide la absolución al creer que hay motivos "espúreos" en la denuncia y recuerda la enemistad que existe entre ambas.