El mal estado del palacio es evidente a simple vista. Hay ventanales apuntalados para evitar desplomes pero también estancias interiores en las que ya se han desprendido elementos del techo. Los desconchados cada vez son más grandes y hay otros peligros ocultos, como un árbol que amenaza con caerse contra el edificio. También temen que se pueda producir algún incendio por el mal estado de la instalación eléctrica.