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El palacio que vivió el fin de la España colonial

Fachada del pazo con una de sus estatuas ornamentales. // Gustavo Santos

Los orígenes del palacio de Lourizán, entre Pontevedra y Marín, se remontan al siglo XV, cuando era una granja. En el siglo XIX fue reformado por Eugenio Montero Ríos. El destacado político pontevedrés lo convirtió en su residencia de verano y también en un importante foro de reunión en el que participaban las personalidades más influyentes del momento.

En sus salones se negoció el Tratado de París, por el cual se acabó cediendo a los Estados Unidos las posesiones españolas de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Es decir, en lo que se conoce como la defunción de la España colonial con la pérdida de las que eran casi sus últimas posesiones en ultramar.

La edificación, de estilo modernista, fue construída a principios del siglo XIX. Su diseño es obra del famoso arquitecto Genaro de la Fuente. Destacan distintos elementos como su escalera de piedra de "corte imperial" y las profusas columnas, grandes ventanales, las estatuas de inspiración clásica y otros ornamentos. El jardín es de estilo romántico y en él se pueden encontrar diversas fuentes históricas como la de la concha (del siglo XVIII), la de los tornos (siglo XVII) y la fuente o gruta de los espejos (del siglo XIX), adornada con vidrios de colores.

Precisamente algunas de estas estatuas de inspiración clásica también muestran los efectos del paso del tiempo. Elaboradas en mármol de Carrara, tienen la característica de que se trata de un material poroso, de tal forma que la suciedad y las impurezas se incrustan en la obra de tal forma que cada vez es más complicado eliminarlas y además causan cada vez más daño a estos elementos.

A principios de la legislatura se anunció por parte de la Xunta la intención de recuperar el palacio, pero según denuncian desde el comité de personal, se sigue sin destinar ni un solo euro a la conservación del histórico edificio. Unas pérgolas, un invernadero y una gran mesa de piedra y otros elementos ornamentales también tienen un gran interés en el jardín del palacio.

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