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El meollo

El edificio de la Xunta

El edificio de la Xunta

El edificio de la Xunta, levantado sobre el solar que ocupó la Jefatura Provincial del Movimiento, fue inaugurado hace casi treinta años por el vicepresidente gallego, José Luís Barreiro. Entonces Barreiro Rivas estaba volcado, entre otras muchas labores de reparación y fontanería, en la loable tarea de dotar de inmuebles aseados a la administración periférica, aún en fase de incipiente estructuración.

Las cálidas paredes de este potente inmueble venido a menos por el paso del tiempo y del abandono sufrido desde el año 2009, guardan innumerables secretos de gran calado político. Por ejemplo, aquí se cocinó la aprobación de aquella concesión del juego en Galicia, que luego origino la caída en desgracia de su propio mentor, Barreiro Rivas. Yo mismo estuve allí aquella mañana y durante la rueda de prensa que siguió a la apasionante reunión de tan altos vuelos, a punto estuvo de hacerme con aquellos papeles reservados que dejó olvidados un conselleiro. Solo me faltó un tris y algo de suerte.

Sin tiempo no fue, pero bienvenido sea al fin y al cabo el proyecto de rehabilitación del edificio de la Xunta, que acaba de presentar a bombo y platillo el vicepresidente Alfonso Rueda. Tiene una pinta imponente y hasta el alcalde Lores se mostró encantado, que no es poca cosa.

A primera vista, la redistribución global de sus 6.000 metros cuadrados para atender necesidades muy diversas parece cargada de sentido común. O sea que está llamado a convertirse en un verdadero edificio multiusos.

Con la venia del presidenciable Núñez Feijóo, la rehabilitación del edificio de la Xunta es el primer anuncio electoral que hace en Pontevedra Rueda Valenzuela, más que previsible número uno en la candidatura del PP por esta provincia para las elecciones gallegas. Seguro que no va a ser la última.

El meollo de la cuestión está en calibrar si este anteproyecto de reforma del edificio de la Xunta, quedará o no blindado en tiempo y forma, de modo que su suerte futura, que es tanto como decir su ejecución prevista a partir del año 2017, se sobreponga a cualquier imponderable y no dependa de ningún resultado electoral que ha dejado en la cuneta más de una obra loable.

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