La antigua sede autonómica de Benito Corbal 47, que la Xunta abandonó en 2009 para trasladarse al edificio administrativo de Campolongo, volverá en 2018 a "cobrar nueva vida". Así lo aseguró ayer el vicepresidente y conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, al presentar a los colectivos sociales de la ciudad, al Concello y a la Universidad de Vigo el anteproyecto de rehabilitación de este inmueble de ocho plantas y casi 6.000 metros cuadrados de superficie. El céntrico edificio será remodelado casi en su integridad, incluido el exterior, con un ambicioso plan de 3,7 millones de euros y albergará dentro de algo más de dos años las oficinas autonómicas de empleo, ahora ubicadas en Eduardo Pondal, dependencias de entidades socio-sanitarias y las iniciativas universitarias del Campus Crea.

Rueda y el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez explicaron a un nutrido auditorio (con el alcalde y concejales, el rector, responsables de entidades sociales y otros colectivos) que el estado actual del inmueble, con instalaciones "viejas y desfasadas", problemas de accesibilidad, humedades y otras deficiencias después de siete años sin uso, obligan a realizar una restauración integral. De hecho, aunque se abandonó en 2009, no se realizaban obras de mejora desde 1982. Pero una vez ejecutadas las obras "su situación pasará de la noche al día, a cobrar nueva vida, a convertirse en un centro de referencia del empleo, para suplir las carencias de locales sociales y consolidar los servicios de la Universidad de Vigo". De hecho, se estima que podrán trabajar en el edificio unas 300 personas.

Accesibilidad

Rueda dejó claro que "no vamos a perder un minuto" en tramitar las obras, de modo que "este año se redactará y licitará el proyecto, para poder comenzar su ejecución en 2017". Valeriano Martínez apostilló que el plazo de ejecución material es de 14 meses "por lo que estaría operativo en el primer trimestre de 2018", si bien se trata de un calendario orientativo y podría variar.

La exhaustiva presentación de ayer estuvo centrada en detallar los aspectos técnicos de la obra, de mayor envergadura de lo esperado ante el estado del inmueble. Al respecto, se destacó la "importancia del emplazamiento" y los objetivos que se persiguen en cuando a "funcionalidad, comunicaciones verticales y horizontales" y cumplimiento de normas de accesibilidad", ya que se trata de un edificio ejecutado hace varias décadas y cuyos accesos no están adaptados y su distribución interior es muy compleja.

Con la reforma se habilitarán tres usos diferenciados: el administrativo, para las oficinas de empleo, ocupará las plantas baja, primera y segunda y tendrán un acceso propio desde Benito Corbal. Los dos siguientes pisos (tercero y cuarto) se reservan para las entidades sociales, con al menos 20 dependencias diferentes, si bien la distribución aún se debe resolver una vez que se determine qué colectivos se instalarán en Benito Corbal. De hecho, aún restan por establecerse los criterios de selección. Para este uso habrá una entrada por la calle Javier Puig. Por último, las cuatro plantas más altas se reservan para la Universidad de Vigo, con acceso propio desde Lepanto.

Mejora energética

Entre las obras previstas figura la mejora del aislamiento térmico y acústico, impermeabilización, mejora energética, nuevas carpinterías, medidas de protección solar y, sobre todo, una redistribución completa del interior, mejorando la ubicación y capacidad de los ascensores (de los cuatro actuales de cuatro plazas, ninguno de ellos accesible, se pasará a dos de ocho, adaptados para sillas de ruedas" y habilitando una linea de escaleras única, en lugar de los tramos separados actuales. Así, se creará un núcleo central de comunicaciones, que permitirá utilizar el inmueble a cualquier hora ya que los tres accesos son independientes y será posible cerrar el interior por fases. Los técnicos calificaron ayer la actuación como "austera"

Un total de 1.740 metros cuadrados, de los 5.800 totales, correspondientes a las cuatro plantas superiores del antiguo edificio administrativo son las que se adjudican a la Universidad de Vigo y que se convertirán en la "sede corporativa" del proyecto de especialización del campus de Pontevedra, Crea S2i. Así lo destacó el rector Salustiano Mato, tras participar en la presentación del proyecto. El responsable universitario explicó, al término del acto, que, entre otras funciones, se apuesta por hacer de este espacio la sede de proyectos de incubación de empresas, así como de aquellos "productos académicos que estamos generando en torno a las distintas facultades y escuelas", en el marco del proyecto de especialización del campus local.

A criterio de la Universidad

Los representantes de la Xunta destacaron en el acto de ayer que las cuatro plantas que ocupará la Universidad permanecerán abiertas a los servicios y proyectos que la Universidad decida impulsar en ellas. "No pretendemos decir a cada quien lo que tiene que hacer", afirmó en ese sentido Valeriano Martínez, quien apuntó que, partiendo de los "criterios generales establecidos por los arquitectos", la propia distribución interna de los espacios se mantiene abierta a las necesidades de los futuros usuarios. Al respecto, el rector explicó que ya informó al vicepresidente del compromiso de la Universidad de elaborar "un programa de necesidades" con el propósito de que se tengan en cuenta en el proyecto constructivo.

Mato manifestó su satisfacción por las posibilidades que abren estos espacios "al desarrollo del proyecto de especialización del campus" Crea S2i. "Su sede corporativa real, por así decirlo, va a estar en ese edificio y por lo tanto todos los productos y proyectos que interrelacionan a todas las facultades del campus se van a identificar ahí", destacó el rector.

También incidió en que los futuros usos de estas cuatro plantas pasan por los campos de la "incubación y preincubación", junto con espacios de coworking y una "escuela de emprendedores". Asimismo, adelantó que este inmueble podría acoger "productos académicos" vinculados al proyecto de especialización, como el programa de doctorado en el que trabaja actualmente la institución académica, con el propósito de ponerlo en marcha en el curso 2017-2018, así como otra serie de "actividades comunes del campus".

Lo que dejó claro Salustiano Mato es que "le vamos a dar mucha vida, eso seguro", ante las carencias de espacio que padece la Universidad de Vigo en determinados servicios. Por ello, el rector subrayó la "oportunidad" que supone esta cesión de espacios, que obliga a "hacer un análisis más profundo" y a promover un debate interno con el propósito de analizar, por ejemplo, "qué enseñanzas y títulos globales del campus pueden tener su acogida ahí". En ese sentido, el rector, que estuvo acompañado en este acto por el vicerrector del campus, Juan Manuel Corbacho, puso de relieve que la futura cesión de estas cuatro plantas "abre más posibilidades incluso" que el proyecto de incubadora especializada alrededor de las industrias culturales y creativas que en su día la institución académica había abordado conjuntamente con el Concello, el Consorcio Zona Franca y la Cámara de Comercio, y que dependía de unos fondos del Incyde vinculados a este último organismo.

Ahorros

Por su parte, el conselleiro de Facenda destacó que la operación, al margen de habilitar nuevos espacios para la sociedad y "contribuir a dinamizar esa zona céntrica de la ciudad", se enmarca en los planes de la Xunta para reducir al máximo los gastos en alquiler para sus servicios. Al respecto, las oficinas de empleo de Eduardo Pondal suponen un gasto anual de 150.000 euros, según sus datos, dentro de un objetivo para toda Galicia de rebajar estos gastos en 5,6 millones en dos años y dejar el gasto el alquileres en 1,7 millones, un 76% menos que en la actualidad. Martínez explica que los 3,7 millones que se emplearán en rehabilitar el edificio se podrán amortizar en diez años, ya que además de ahorrarse los 150.000 euros anuales de alquileres, habrá una reducción importante de la factura energética con las medidas de eficiencia que se proyectan.