| Aproximadamente uno de cada 700 niños nacidos vivos tendrá síndrome de Down, que se visibilizó ayer con distintas acciones como las promovidas por la Diputación Provincial. La fachada del Pazo Provincial fue decorada ayer con globos azules y amarillos y de noche se tiñó de azul como símbolo de la trisomía del cromosoma 21 que se traduce en este trastorno genético. La presidenta provincial, Carmela Silva, insistió en la importancia de reivindicar el papel de las personas que conforman este colectivo "como ciudadanos con derecho a una vida en igualdad de condiciones y oportunidades que el resto de la sociedad". Por su parte, la diputada delegada de cohesión social, Digna Rosa Rivas, se reunió con los representantes de la Asociación Down Pontevedra Xuntos, en una jornada en la que hasta las estatuas (en la imagen, el Fiel Contraste) reclamaron un mundo inclusivo.