La Exposición Internacional da Camelia y también otras muestras como las que celebra el CEIP Campolongo han dado oportunidad a los aficionados a la jardinería de disfrutar y asombrarse ante el trabajo de Manuela Couso, cuntiense enamorada de las camelias que año a año sorprende con las bellezas salidas "de mi vicio", explica, "porque sacrificarse así por ellas es un vicio".

-¿Cuánto tiempo lleva cultivando camelias?

-Muchos, muchos años, ni lo sé, pero son décadas.

-¿Hay un secreto para repetir como Camelia de Ouro?

-Bueno, yo me sacrifiqué mucho para tener buena camelia, claro, porque las pedía a Estados Unidos, también me las mandaban de Alemania, de otros países, yo, una mujer de campo (sonríe) y le estoy hablando de... Ya ni me acuerdo, pero es eso, que me sacrifiqué mucho. ¡Y es que me encantan!, no se por qué cogí el vicio de la camelia.

-¿Cómo empezó a cultivar?

-Pues no sé, lo único que puedo decirle es que el primer año que concursé casi ni me lo creía, pensaba una mujer de campo, y había un chico que decía qué hace esta señora aquí en medio de esta gente. Pues si, me decidí a ir con mis flores y fui a las exposiciones. Y así llevo décadas, 30 años, pero es desde hace unos diez o así que empecé a ganar algún premio aquí.

-¿Cómo es su técnica de cultivo? ¿Qué persigue?

-Busco cosas que no tenga nadie, ahora a partir de semillas le digo que hago cosas, me salen preciosidades, cosas que no tiene nadie. Las voy hibridando, aquellas variedades que me dan semillas las voy mejorando y le digo que me salen preciosidades (risas).

-¿Cuales son sus favoritas?

-Uy, favoritas tengo muchas, muchísimas, el premio (el Camelia de Ouro) por ejemplo te lo dan a todo el conjunto (señala su variado expositor).

-¿Cuántas variedades cultiva?

-Unas 900 variedades, tengo una casa en Cuntis con muchas camelias pero es en la casa de mis padres donde tengo más.

-De Cuntis han salido muchos lotes de camelias premiados...

-Sí, es buena tierra pero tenemos muy mal tiempo, el clima nos mata porque o hiela o viene granizo o hace un frío.

-¿Algunas de sus variedades hay que protegerlas en invierno?

-Sí, unas poquitas que tengo guardadas en lo que era un gallinero de mi padre, las amarillas, las otras están a la intemperie.

-¿Aguantan bien? ¿Cuánto ha seleccionado los lotes para lograr la Camelia de Ouro?

-Aguantan pobriñas, pero es cierto que la mayoría, mucha más de la mitad... Le explico, es que cogimos mucha camelia, la mitad se fue de vuelta porque ya no estaba bien, y por supuesto le estoy hablando de ayer mismo, que llovió, cogimos todo el día las camelias, llegamos aquí y la inmensa mayoría se fue de vuelta, ya estaban estropeadas.

-No es la primera vez que gana un premio

-No (sonríe) ya tengo otro de oro, lo gané... Ni me acuerdo.

-¿Esperaba ganar esta vez?

-No porque hay mucha competencia, hay mucha camelia y mucha calidad, cada vez hay más gente que tiene mucha camelia y además buena, así que cada año es más difícil; hoy en Galicia hay gente que tiene muy buena planta, mucha mano y hay mucha competencia, cada vez es más difícil ganar.