Ence afirma que la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, que condena al Estado español por la contaminación de la ría, "deja bien claro que no existen infraestructuras adecuadas y obligatorias para el tratamiento de las aguas domésticas residuales" y no hace referencia alguna a la fábrica de Lourizán. Por ello, la compañía pastera, con esa resolución en la mano, se desliga del mal estado de la ría y lo atribuye a los vertidos urbanos, agravados por las deficiencias de la depuradora de Placeres.

La sentencia da la razón a una denuncia previa de la Comisión Europea contra España por incumplir la obligación de garantizar el tratamiento de las aguas residuales de la aglomeración "Pontevedra-Marín-Poio-Bueu", sin citar posibles implicaciones industriales en esa falta de saneamiento. Aún así, Ence acaba de ofrecer su colaboración económica a la Xunta para ampliar la depuradora.

La sentencia no solo sirve a Ence para negar que sea la fábrica la que contamina la ría, sino también para arremeter contra la Asociación Pola Defensa da Ría (APDR), a la que acusa de "ocultar durante años el verdadero problema". Esta resolución "desautoriza a APDR", indicó ayer la empresa en un comunicado. En la nota señala que la sentencia "deja al descubierto como desde determinados sectores se le oculta desde hace años a la ciudadanía el origen de la contaminación" y cita expresamente a APDR porque entre 2006 y 2014 "solo una vez, en 2006, se refirió a los problemas estructurales de depuración condenados por la Justicia Europea y de manera puntual, en otra nota de 2007 condenó un vertido de aguas residuales urbanas a la ría". Añade que "el problema de la contaminación por coliformes fecales solo volvería a ser tratado por APDR, para tratar de vincularlo a Ence y dejando de lado los problemas hoy condenados por la UE, cuando la Comisión Europea avanzaba en la investigación del asunto". Aún así, insiste Ence "a pesar de que en 2014 la Comisión ya apuntaba a los vertidos de aguas fecales como origen de la contaminación por coliformes, la asociación continuó relacionando a Ence con la presencia de coliformes en la ría".

Con la sentencia ahora conocida, la empresa afirma que "queda bien claro, por ejemplo, que no existen infraestructuras adecuadas y obligatorias para el tratamiento de las aguas domésticas residuales" y acusa a APDR de "ser cómplice en esta situación durante años. Entre 2006 y 2014, las bacterias coliformes que contaminan la ría no fueron un problema para APDR. Desde que la Comisión Europea comenzó a investigar el asunto, trató de desviar la atención hacia Ence. Ahora, al fin, el Tribunal de Justicia de la UE puso luz sobre años de silencios y de mentiras".