"Al Concello no lo van a comprar". Así de contundente se mostró ayer el alcalde, Miguel Fernández Lores, en su respuesta a la oferta de Ence de entablar posibles colaboraciones entre la empresa y el gobierno local, una vez confirmado que la fábrica de Lourizán continuará sesenta años más en la ría. "No somos indios, con todos los respetos para los indios, a los que puedan comprar con abalorios", reiteró Lores, lo que no solo implica soslayar los mensajes lanzados por el consejero delegado, Ignacio Colmenares, en la Junta General de Accionistas de Ence del pasado miércoles, sino que también reafirma la batalla del Concello para que "se vaya", único recado que el gobierno local envía a la compañía.

"Nosotros queremos que se vayan y ya, cuanto antes, a ver si lo entienden", indicó el alcalde al ser preguntado por las palabras de Colmenares. Al margen de las discrepancias entre ambas partes sobre la presencia de la compañía, el directivo invitaba al alcalde a "ser inteligente y usarnos", aprovechando su permanencia en Pontevedra para acometer proyectos e inversiones conjuntas.

"A mí no me tienen que dar nada", subrayó el alcalde, que acusó a Ence de "estar acostumbrada a comprar voluntades", pero "a nosotros no nos van a comprar", mientras repite su objetivo de "recuperar la ría de Pontevedra y utilizarla para otros usos", lo que implica que "estos señores se vayan para otra ubicación" que deberá buscar la empresa junto con la Xunta, la administración "que tiene las competencias, en ordenación del territorio y polígonos industriales". "No sé cómo se lo tenemos que decir".

Hacia la Xunta apunta también Lores a la hora de analizar la situación de la depuradora de Placeres, a la que Ence sitúa como principal causa de la contaminación de la ría y para cuya ampliación ofrece apoyo económico. Al respecto, Lores señala "a mí no me tienen que decir nada y si la empresa quiere hablar de la depuradora que lo haga con la Xunta que es de ella". "Nosotros colaboraremos todo lo que haga falta, pero con la administración adecuada, que es Augas de Galicia, no con una empresa privada "que también contribuye a contaminar la ría". En este sentido, el alcalde admite que aún hay vertidos urbanos al mar, pero recuerda que Ence "vierte a la ría trece millones de metros cúbicos (de agua) y los concellos, seis millones, es decir la mitad, y esos efluentes con alta demanda de oxígeno también producen coliformes", de ahí la "responsabilidad directa" de la empresa en la contaminación de la ría pontevedresa.

Parlamento gallego

El portavoz del BNG en el Concello, Raimundo González Carballo también se refería ayer a esta polémica y reprochaba a Ence sus "mensajes para confundir a los vecinos, que hace muy poco se manifestaron en contra de la prórroga" otorgada por Costas. Tras recordar que la depuradora de Placeres es una instalación autonómica que "utilizan cinco municipios -Pontevedra, Marín, Poio, Vilaboa y Ponte Caldelas- concluyó que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

Ya por la tarde, Ence volvió a ser protagonista en el Parlamento gallego, donde la nacionalista Montse Prado denunció que "la Xunta dejó de ingresar diez millones de Ence al pagar la empresa menos de 900.000 euros por el consumo de agua y vertidos". La parlamentaria del BNG criticó el "trato de favor" del Gobierno gallego y del PP en general a la compañía pastera, al unir a los pagos por el consumo de agua otras dos medidas relacionadas con ella: el convenio que rebajó en un 60% las tasas de Ence en el puerto de Ribadeo; y la modificación de la Ley de Costas "para permitir la concesión después de una prórroga por sesenta años por parte de un Gobierno central en funciones".