Olga Leboreiro Vaqueiro, natural de Avión (Ourense) no quería dedicarse a las labores del campo y no podía estudiar por falta de medios económicos, así que con 16 años, en 1968, decide marcharse a Alemania, donde ya residían dos hermanas. Al ser menor de edad ninguna empresa quería contratarla, pero su perseverancia hizo que consiguiera un trabajo durante un año en una empresa de componentes eléctricos en Hildehaim. Después se fue a Hannover, a una empresa de material gráfico, donde trabajó durante diez años y fue ascendiendo en su categoría laboral.

En Alemania se casó y tuvo un hijo, y en 1981 regresaron a Galicia, ya que no soportaba la separación de su familia y quería que su hijo estudiara en España. A su retorno pudo emprender varios proyectos empresariales que le fueron bien. Olga considera la emigración como una experiencia positiva. Su integración en el país fue tan buena y se sintió tan bien acogida, que ahora se arrepiente de no haberse quedado allí.