Las dudas y recelos vecinales mostrados en la reunión del lunes obedecen al "miedo al cambio", según Carme Fouces. "Todos somos reacios a los cambios hasta que se ven las ventajas", añadió la concejala, quien descarta realizar pruebas previas del sistema circulatorio "porque está todo pensado y meditado". Insistió en que se incluyen sugerencias de los vecinos y aseguró que los trabajos que comienzan a aplicarse el lunes, tendrán continuidad en 2017 con una segunda fase de reformas en la rúa do Rouco. Precisamente una de las posibilidades inmediatas es que el tráfico que salga de Barcelos por esa calle tenga preferencia sobre el que usa Cobián Roffignac desde Daniel de la Sota.

En cuanto a la zona deportiva que reclama el colegio Barcelos, Fouces, que es concejala de Educación, apuntó que lo más probable es que se cree en la plataforma única que se habilitará ante el centro. "Delante del colegio quedará un espacio grande", y lo que allí se habilite "será utilizado por los alumnos por la mañana, pero el resto del día estará abierto al público en general".

Una de las gestiones que se tratarán de resolver en breve es la de enterrar un transformador eléctrico situado a sus puertas, de modo que no solo se gane espacio público, sino que se resuelvan problemas de accesibilidad al edificio educativo, obligatorio por su uso diario, pero más aún por ser un colegio electoral.