El Concello de Ponte Caldelas ha dictado una orden de ejecución por la que emplaza al Arzobispado a tomar medidas inmediatas de reparación en la iglesia parroquial de Caritel, templo que en enero pasado tuvo que ser vallado ante el peligro de desplome de su espadaña, o campanario, debido a los efectos de los temporales. El decreto fija un plazo máximo de tres meses para acometer obras de conservación y se basa en un informe de la arquitecta municipal que indica, tras una inspección del edificio, que "los contrafuertes que ayudaban al soporte del campanario se separaron del mismo, trabajando ahora ambos elementos de manera independiente".

Añade este informe técnico que "de este modo, estamos ante un doble riesgo, puesto que por un lado podrían desplomarse los contrafuertes que soportan el campanario sobre la cubierta de la iglesia, y por otro, existe el riesgo de derrumbe de toda la espadaña". Además de esa orden de ejecución de obras, el Concello obliga al Arzobispado a vallar todo el perímetro del campanario "para garantizar la seguridad y evitar los daños que pudiere ocasionar ese posible derrumbe", con la advertencia de que podrían adoptarse medidas de ejecución forzosa. Ahora el Arzobispado dispone de 15 días para formular alegaciones.

Reunión con los vecinos

El alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, junto con sus compañeros del gobierno Alfonso Gutiérrez, concejal de AVP, y Manuel Barreiro, edil del BNG, informó de estas órdenes a los vecinos de Caritel, que ya han solicitado una entrevista con el arzobispo de Santiago para alertar del problema y realizan una recogida de firmas entre todos los feligreses para reforzar sus peticiones. Díaz se ofreció a acompañar a los vecinos a Santiago si se concreta la entrevista, con el fin de evitar el deterioro de una iglesia que está encuadrada en las ruta das Almiñas y Foso do Lobo.