La ciudad infantil Príncipe Felipe y sus instalaciones anexas se convertirán de inmediato en la "base de operaciones" para el plan de compostaje de basuras que promueve la Diputación y que pretende extender a toda la provincia, en especial en la capital, donde es concejal el vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, uno de los impulsores del cambio de sistema en el municipio. Los trabajos para activar el plan provincial ya están en marcha, con la instalación de un biodigestor de restos de comida en el instituto de hostelería Carlos Oroza, ubicado en esa ciudad infantil. Además, el recinto contará con un compostero colectivo. Ambos elementos sirven para las prácticas de los maestros composteros que se forman en Príncipe Felipe. El biodigestor que ya se instala en el exterior del Carlos Oroza está conectado directamente a sus cocinas y comedores. En principio la idea de la Diputación era alquilar este aparato, ya que su compra ronda los 20.000 euros, pero no se descartaba esta segunda opción.

Los alumnos trabajarán los desechos de las cocinas y de los comedores de todos los centros de Príncipe Felipe y del centro de hostelería Carlos Oroza. La basura orgánica generada en ellos, que podrá llegar a los 160 kilos al día, será tratado en dos composteros de diferentes características (un estático y otro dinámico) para que los alumnos puedan conocer las diferentes formas de hacer el compost. Los cálculos del gobierno provincial indican que en Príncipe Felipe se generan desechos de las cocinas y comedores en los que comen unos 280 niños de la escuela infantil, de los centros de acogida y de los niños del colegio de educación especial.