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El mejor periodo libre de toxina desde 2012

El año arranca con el doble de facturación en la lonja de Campelo con respecto a enero y febrero de 2015

Las agrupaciones de mariscadores del fondo de la ría disfrutan desde julio pasado del más largo periodo de "tranquilidad" desde 2012. Son ya más de siete meses sin decretos de cierre de los bancos marisqueros por la presencia de toxinas, un plazo que no era tan prolongado desde mayo de 2012, cuando comenzaron once meses de aperturas constantes, hasta abril del ejercicio siguiente. Tradicionalmente el primer trimestre de cada año suele estar libre de toxinas, que se dejo notar con mayor virulencia a partir de abril. Pero este periodo de siete meses de funcionamiento con normalidad se registra después de que el sector haya sufrido, en 2014 y 2015, los dos peores años de su historia reciente. El más negativo fue el de 2014, cuando se llegaron a acumular hasta 100 días de clausura por toxina en el fondo de la ría. Al año siguiente, desde enero hasta julio de 2015, se llegó a las 85 jornadas, lo que sitúa a ese ejercicio como el segundo peor de la década, toda vez que hasta entonces nunca se había pasado de los 42 días de cierre en los bancos de la desembocadura del Lérez, Placeres y Poio.

Este periodo de bonanza se traduce en un mejor comportamiento de la venta en lonja, en especial en la de Campelo, si bien la inmensa mayoría de la almeja que se comercializa es la japónica, muy por encima de la fina o la babosa, cuyo precio suele ser más elevado. Lo que sí ha desaparecido por completo, tanto el año pasado como en estos dos primeros meses de 2015 es el berberecho, asolado por una plaga. A finales del pasado ejercicio los mariscadores admitían que "no nos quejamos" de los precios, pero si alertaban de "falta recurso en las playas", con nuevos casos de mortandad" en el berberecho. Y las fuertes lluvias de este arranque de año tampoco han ayudado a mejorar los bancos, ante la gran afluencia de agua dulce, por las crecidas de los ríos, y loas arrastres que proceden de sus cauces.

María del Carmen Vázquez, patrona mayor de Lourizán ya apuntaba en diciembre que "la pérdida del berberecho ha sido fundamental y también en la almeja fina. Aunque este año mejoran los precios, seguimos sin producto en las playas", se lamentaba.

2015 ya figura como el segundo peor de la década en cuanto a jornadas con los bancos cerrados: 85 días, con el agravante de que el sector aún no se recuperó del peor año en este mismo periodo, el de 2014, cuando se llegó a 112 días sin actividad en el sector IV, el más próximo a Tambo, y 95 el V, en la desembocadura del Lérez. Entre 2014 y estos meses de 2015, el sector V acumula 180 días sin faenar, un volumen de cierre muy por encima de lo registrado hasta entonces. En 2013 fueron 42 jornadas, 40 en 2012, 24 en 2012 o 9 en 2010, por ejemplo. Con estos datos, se pone de manifiesto que en la actualidad las toxinas tienen una incidencia sobre los cierres casi cuatro veces más que hace cinco años.

Contaminación

Pero al margen de la toxina, el otro gran problema de los bancos de la ría es la contaminación, un asunto en el que el sector ha incidido de forma insistente en todos estos meses sin que la situación mejore. De hecho, Placeres acumula años de clasificación C, el grado más bajo y que también llegó en su día a la zona de A Puntada, para el marisqueo a flote. Y desde el inicio de 2016 se aplicará el cierre estacional entre Raxó y Samieira, como recuerda Vázquez. En su día la Xunta ofreció al sector la alternativa de depurar sus mariscos en una batea en la ría de Aldán, en Cangas, opción que se acogió con satisfacción, ya que los moluscos alcanzaban así la categoría A, pero que fracasó en lonja, al no ser demandada por los compradores. A día de hoy, la batea de Aldán ya es historia para los mariscadores pontevedreses.

Nuevo procedimiento

La Consellería do Mar puso ayer en marcha un nuevo procedimiento para los casos de devolución de moluscos bivalvos al vivero o lugar de origen en el caso de los lotes recogidos previamente al cierre temporal de una zona de producción. Según la Xunta, con este cambio "se facilita el proceso permitiendo al productor proceder a la devolución de moluscos con el menor perjuicio económico posible y manteniendo la imprescindible garantía de seguridad en la cadena alimentaria".

La orden señala que los moluscos bivalvos recogidos en esa zona de producción desde la medianoche del día anterior al cierre temporal, podrán ser devueltos al vivero o lugar de origen cuando el lote aún no haya entrado en el establecimiento de destino o, cuando habiendo entrado en el establecimiento de destino este confirmara la recepción a través de los medios telemáticos habilitados por la Consellería del Mar.

Se añade que en estos esta orden "modifica la del 8 febrero de 2008 sobre el control de la descarga y del transporte de los productos pesqueros frescos hasta la fase de primera venta y el transporte de moluscos bivalvos, equinodermos, tunicados y gasterópodos marinos vivos" y entra en vigor hoy.

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