Desde que la Guardia Civil estrenó su nueva comandancia, en A Caeira, en 2006, el viejo cuartel del instituto armado entre las calles Loureiro Crespo y Casimiro Gómez no ha hecho más que deteriorase y ser albergue permanente de "okupas". Incendios en su interior y otros incidentes se han sumado a este abandono, hasta el punto de que, hoy, una década después, el Concello baraja ya dictar una orden de ejecución para que el Estado adecente el inmueble y ponga coto a los "riesgos" derivados de diez años sin conservación alguna, con el añadido de que se trata de un edificio de los años cuarenta.

Así se puso de manifiesto en una visita que el concejal de Obras, Luis Bará, realizó a la zona, para coordinar con los vecinos diversas obras de mantenimiento y conservación en las calles de pequeño calado. Los vecinos trasladaron al gobierno local su preocupación por el estado de este edificio, cuya recalificación se negoció en su día pero sin fructificar. Desde entonces numerosos "sin techo" han convertido ese inmueble en su hogar, un fenómeno que el tapiado ocasional de las ventanas no frenó.

Escritos vecinales

Bará explicó ayer que los vecinos previsiblemente se dirijan a la Subdelegación del Gobierno para reclamar medidas al respecto, mientras que el Concello también realizará gestiones al respecto. Una de ellas podría ser adoptar medidas de disciplina urbanística. En todo caso, lo que tiene claro el gobierno local es que no solicitará en modo alguno la cesión de ese edificio, tanto por su deficiente estado, como porque se considera más adecuado recuperar la antigua sede de la Xunta en la calle Benito Corbal, un edificio también sin uso desde hace años. En este segundo caso, el gobierno autonómico se muestra reacio a su cesión al Concello, aunque tampoco se define a la hora de reaprovecharlo.

En su visita de ayer a la zona de A Eiriña, Bará estuvo acompañado por la directiva de la nueva asociación de vecinos. También participaron en el encuentro técnicos municipales, con el fin de fijar las actuaciones que el Concello efectuará en virtud del contrato de mantenimiento de las vías urbanas. El edil insistió en que se trata de pequeños trabajos relativos a la seguridad vial y accesibilidad, movilidad, reordenación del tráfico, y también en los parques o zonas verdes del barrio. De hecho, también asistieron técnicos de la empresa adjudicataria de este contrato de mantenimiento, así como responsables del servicio de parques y jardines para incluir estos espacios en las mejoras inmediatas.

Por barrios

El concejal Luis Bará explicó que semanalmente -aproximadamente- mantendrá contactos con las asociaciones de vecinos para explicarles los trabajos de mantenimiento que se harán en cada barrio, y para incorporar las peticiones que hagan los vecinos. Según el concejal, en lo próximos meses podrán hacerse alrededor de 40 o 50 actuaciones de mejora a cargo la este contrato. Para fijar las prioridades, realiza esta ronda de contactos, y comenzó por el barrio de la Eiriña porque acaba de constituirse la nueva asociación que le había solicitado una reunión.

En el recorrido de ayer se inspeccionaron, precisamente, zonas próximas al antiguo cuartel de la Guardia Civil, entre ellas la plaza dos Canos, asociada a un bloque residencial entre José Malvar y Amado Carballo y cuyo mantenimiento no es el más adecuado pese a que fue recepcionada por el Concello a finales del pasado mandato.