La segunda jornada del juicio por la muerte de María Luisa "Lupe" Jiménez volvió a estar marcada por la ira de la familia de la víctima contra el acusado, José Luis Cortiñas Romero. Durante la vista celebrada ayer, el autor confeso del crimen, que supuestamente acabó con la vida de Lupe Jiménez asestándole 16 puñaladas, sufrió una agresión por parte de los familiares de la fallecida.

Transcurridas más de tres horas de la segunda sesión del juicio, en la que prestaron declaración testigos y peritos, una mujer que estaba sentada entre el público se abalanzó sobre el acusado, tras burlar a tres agentes de Policía que lo custodiaban, para golpearle con una botella de agua. De inmediato numerosas personas del público, en su mayoría familiares de la fallecida, la siguieron formando un tumulto que se abalanzó sobre el estrado del tribunal. Al mismo tiempo, el amplio dispositivo de agentes antidisturbios que permanecía en el vestíbulo de la Audiencia accedió a la sala, para repeler la agresión y desalojar el juzgado usando la fuerza.

Hasta la entrada de los antidisturbios de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, en la sala había únicamente seis agentes de Policía, tres custodiando al acusado y otros tres en el pasillo y la puerta del salón de vistas.

Entre el público se sentaba al menos una treintena de familiares y allegados a la víctima.

Durante el altercado algunas personas incluso arrojaron objetos, como botellines de agua y libretas, contra el tribunal y el jurado popular.

La presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial ordenó el desalojo de la sala y la identificación de las personas que desencadenaron el alboroto, cuyos datos fueron trasladados al juzgado de guardia.

Los agentes de la Guardia Civil identificaron al menos a tres personas, entre ellas una de las hermanas de Lupe Jiménez, quien les reprochó que "detenéis a la familia y protegéis al asesino; pues llevadme para la cárcel pero para meterme en la misma celda que él", gritaba a los funcionarios mientras era identificada.

Tras el desalojo del público presente en la Audiencia y un receso de media hora, se reanudó la vista pero esta vez a puerta cerrada. Solo restaban las declaraciones por videoconferencia de algunos peritos.

Pero la tensión que se vivió con el tumulto desatado dentro de la sala se arrastraba desde primera hora de la mañana, cuando el detenido fue recibido por los parientes de víctima con gritos como "¡Canalla, estarás contento!".

Durante la sesión, entre el público se volvió a escuchar en varias ocasiones -aunque en voz baja- el calificativo de "canalla" y otros insultos hacia el acusado, a medida que peritos, agentes de la guardia civil y forenses desgranaban las circunstancias del crimen.

Los peritos explicaron cómo la víctima recibió un total de 16 puñaladas en varias partes del cuerpo, principalmente el tórax y el cuello, algunas de ellas con tanta fuerza que incluso alcanzaron las costillas.

La hermana y un cuñado de la víctima, que también declararon ayer, aseguraron que Lupe Jiménez se sentía amenazada por su marido y que de hecho se había refugiado en su casa familiar de Figueirido, Vilaboa, por las desavenencias y el temor que sentía hacia José Luis Cortiñas.

La hermana de la fallecida indicó al tribunal que Lupe se fue con su marido aquel nefasto 23 de febrero de 2014 "con mucho miedo".

Al finalizar la vista de ayer, el acusado abandonó el edificio de la Audiencia protegido por numerosos agentes, para evitar una nueva agresión, si bien en esta ocasión los familiares de la víctima ya no le esperaban.

En esta segunda jornada del juicio incluso se instalaron vallas en los accesos a la parte posterior de la Audiencia, por donde salió el acusado.

Está previsto que el juicio continúe hoy, para exponer los informes de las partes y las conclusiones definitivas, aunque esta vez la sesión se celebrará a puerta cerrada. A continuación el jurado popular se retirará a dirimir su veredicto.