Coincidiendo con el inicio de este juicio por un presunto caso de violencia de género en la Audiencia de Pontevedra, ayer el Consejo General del Poder Judicial hacía público un nuevo estudio realizado por un grupo de expertos que analizaron las sentencias por este tipo de delitos que se produjeron en España durante los años 2012 y 2013 y que abordaron los tribunales del jurado.

José Luis Cortiñas Romero reconoció ayer que fue él quien mató a su mujer, María Luis Jiménez Jiménez "Lupe", asestándole unas quince de puñaladas y numerosos golpes cuando ambos se encontraban solos, en su coche, en una pista forestal de O Pino (cerca de Santiago) en febrero de 2014. Asegura que lo hizo como consecuencia de un "arrebato", después de que su esposa le comunicase que el hijo que llevaba en su vientre no era suyo y que lo intentase agredir, según argumentó ante el tribunal, con un destornillador.

Cortiñas declaró en el juicio por asesinato que ayer se inició en la Audiencia de Pontevedra que el matrimonio llevaba dos meses viviendo en la casa materna de "Lupe" en Vilaboa, Pontevedra. Ese domingo 23 de febrero de 2014 por la tarde asegura que ella se subió "voluntariamente" con él a su coche para regresar al domicilio conyugal en Lugo. El acusado explicó que, en medio del camino, su mujer le manifestó que estaba embarazada "de 20 días" y que su intención "era tener el niño en Pontevedra". "Yo le dije que eso no era posible puesto que nosotros teníamos nuestra vida en Lugo, yo tenía allí el trabajo y las niñas en el colegio" y que a consecuencia de estas discrepancias "comenzamos a discutir".

Asegura que en un momento dado "ella me pidió que parase el coche porque quería mear". Es así como Cortiñas explica que dirigiera su coche hacia una zona apartada rodeada de árboles en la que se produjeron los hechos. Una pista forestal no muy alejada de la carretera general entre Santiago y Lugo en el Concello de O Pino.

"Se me nubló todo"

Cortiñas asegura que, mientras su mujer había ido a hacer sus necesidades, el sacó una "pequeña navaja" para "hacerme un porro". "Entonces ella volvió al coche", añadió, "y me dijo que el hijo que llevaba dentro no era mío". El acusado indicó que cuando escuchó esas palabras "fue como si se nublase todo". Culpa a "Lupe", además, de intentar agredirlo con un destornillador. "Sacó algo del mandil", explicó, y dice que intentó clavárselo de tal forma que él se protegió y que incluso sufrió una herida en el brazo por este golpe. Dice que después, sufrió ese "arrebato" y "sin saber cómo" pasó "lo demás", de lo que no consigue recordar casi nada.

Quemó sus ropas

Sí se acuerda de que "después de que pasase esta desgracia me fui a Lugo, a mi casa, me quité la ropa que llevaba, la quemé y la tiré al pozo". Los agentes de la Guardia Civil confirmaron más tarde en su declaración que el propio acusado les señaló, tras haber confesado el crimen, el lugar al que había arrojado los restos quemados de las prendas que llevaba en el momento del crimen.

Luego se dirigió a la Comisaría de la Policía Nacional en Lugo y allí denunció la desaparición de su esposa. En un primer momento relató que ella se había bajado en una gasolinera cercana a la ciudad de las murallas y que le perdió la pista tras subirse a un taxi de color blanco. Los agentes explicaron en su declaración que las grabaciones de la citada gasolinera descartaron la presencia en el lugar esa noche a Cortiñas o de su mujer y que tampoco ningún taxista dijo haber tenido a la desaparecida como clienta esa noche. Eso, unida a la denuncia de la familia de "Lupe" en Pontevedra interpuesta por sus familiares ante al Guardia Civil en la que se señalaba que Cortiñas se había llevado a su mujer de la casa materna de Vilaboa "obligada" y de malas maneras, les hizo sospechar de él y al día siguiente confesaba ante la juez de guardia de Lugo que había sido él quien había matado a su esposa e incluso le indicó el lugar en el que había escondido el cadáver.

Cortiñas no supo explicar ayer la razón por la cual intentó ocultar en un primer momento que él había sido quien había acabado con la vida de su mujer cuando acudió a la Comisaría a denunciar su desaparición: "Ese día la cabeza no la tenía en el sitio", explicó. Tampoco se acuerda qué hizo con la "pequeña navaja" que, según él, empleó para acabar con la vida de su mujer y madre de sus seis hijos que ahora le repudian. Cree que debió tirarla. Insiste en que era pequeña, de unos "tres centímetros" de hoja. Cortiñas no quiso responder a las preguntas del abogado de la familia de "Lupe", quien, entre otras cuestiones, le quería pedir una explicación de cómo una navaja de tan solo tres centímetros podría causar un corte de once en el cuello de la mujer o alcanzar en dos ocasiones el corazón de la víctima, incluso llegando a fracturar costillas. También quería que le respondiese cómo se produjo la fractura de los huesos propios de la nariz que presentaba el cadáver, así como un hematoma en el ojo o diversos golpes en la cabeza, además de las cerca de 15 puñaladas.

Según explicaron los agentes, Cortiñas había ocultado el cadáver. Luego, tras confesar, fue él quien les señaló donde estaba escondido en un vertedero descontrolado ilegal en el monte, debajo de una vieja nevera que el propio acusado levantó en presencia de los agentes para descubrir el cadáver, tapado también con restos de maleza y hojas.

El juicio con jurado popular continuará hoy en la Audiencia, cuando está previsto que declaren los peritos. La fiscal y la acusación popular, que ejerce la Xunta, solicitan 20 años de prisión, la máxima pena por asesinato en el momento de los hechos; igual que la acusación particular, aunque el abogado recordó al inicio del juicio, que con la reforma del Código Penal que entró en vigor en julio podría haber llegado a pedir los 25 años.

"Me has dejado sin madre"

Al término de su declaración, el abogado defensor le preguntó a Cortiñas si lamentaba lo sucedido: "Estoy arrepentido y pido perdón a la familia y a mis hijos, algún día espero poder volver a abrazarles". Desde el público alguien le respondió "que te perdone tu raza".

Al finalizar la sesión, la segunda de sus seis hijos, de 18 años y embarazada de cuatro meses, se dirigió a su padre por su nombre de pila y mirándole le dijo "Jose, me has dejado sin madre", al tiempo que se repetían los gritos de "asesino". Unos hijos que ahora repudian a su padre y que incluso llegaron a intentar quitar el apellido Cortiñas de su DNI.

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