Resignado por las constantes inundaciones que están sufriendo en su propia casa. Así afrontaba ayer Antonio Rodríguez, vecino de la calle Bernardo Sagasta de Cuntis. "Es un problema constante", señala concretando que desde que se hizo la obra de la circunvalación de la N-640 sufre constantes crecidas de agua que le obligan a tener en su bodega una bomba de achique propia y otra de Protección Civil para mitigar los daños. Ayer la tuvo que encender a las 7 de la mañana. "El día que no esté pendiente, aparecerá todo inundado. Porque estoy jubilado, pero si me pilla trabajando o en Pontevedra por algo, menudo número me encontraría al llegar a casa. Me queda pasar todo el día pegado a la bomba, achicando agua", señala.

La crecida del río Gallo obligaba ayer a Protección Civil de Cuntis a cerrar el paseo fluvial, a penas un mes después de la última gran crecida y que causaba en él numerosos destrozos por los destierres. Como entonces, el nivel de alerta continuará en cuento baje el caudal del nivel del río, ya que se temen que las escorrentías dejen al aire las raíces de los árboles. Precisamente la totalidad de los grupos que componen la corporación municipal acordaban en el último pleno municipal, hace a penas quince días, solicitar una reunión a la consellería de Medio Ambiente para tratar el problema de las repetidas inundaciones en la villa.

"Si no se draga, cauce se va ampliando más el cauce, pero también se sale más fácilmente", señala Rodríguez. Como otros vecinos de la zona, piden actuaciones para limitar las crecidas en el un río que se encuentra lleno de vegetación en su cauce. Mientras tanto, cuntienses como Antonio Rodríguez sigue con un ojo en la bomba de achique y otra en su garaje "para sacar el chimpín a tiempo" para evitar más daños.