Un equipo de la Policía Científica accedió ayer por primera vez al edificio que sufrió un grave incendio el pasado lunes en los Soportales de A Ferrería y Michelena y que dejó reducida a cenizas una construcción histórica del casco antiguo de Pontevedra. Dos agentes de este cuerpo especial entraron por la mañana en el inmueble acompañados de dos de los Bomberos. Lo hicieron después de la larga espera hasta que se despejó el inmueble afectado y se garantizó la seguridad

"Han llegado a la conclusión de que, probablemente, el fuego se inició en la parte de arriba de la zapatería Cuplé, pero no saben ni cuál fue el motivo ni nada. Ahora tendrá que prestar declaración la propietaria de la tienda para ver qué instalación tenía y qué aparatos había conectados", afirmaron fuentes oficiales de la Policía Nacional, que recalcaron que es una investigación "que lleva su tiempo". En este sentido, todavía no se puede asegurar si el fuego se inició en algún aparato eléctrico.

La destrucción de las llamas fue tan grande que, por ahora, la Policía Científica no puede saber con seguridad si el fuego se inició en un almacén que tiene la zapatería encima de la tienda o si, por el contrario, empezó en la parte de atrás del propio local en el que se atiende al público. "Todo apunta a que se inició allí arriba", aseguran las fuentes policiales.

Se trata del primer contacto de la Policía Científica con el lugar del suceso, al que no podían acceder debido a las altas temperaturas de los restos quemados del edificio, del que quedó poco más que la estructura exterior.

Precisamente, este alto grado de destrucción es el que está complicando la labor de investigación por parte de los expertos, así como la identificación de las causas del fuego que mantuvo en vilo a las fuerzas de seguridad en la tarde y la noche del lunes, así como a numerosos ciudadanos, que no dudaron en acercarse hasta el lugar en el que todo sucedió en unas pocas horas.

Los agentes comenzaron ayer su inspección accediendo por el edificio desde los Soportales, para pasar, a continuación al local de la zapatería de la calle Michelena. El siguiente paso de la Policía Científica, antes de una próxima visita al edificio, es contrastar su informe con el del cuerpo de Bomberos, así como la citación de las afectadas, tanto la dueña de la zapatería Cuplé, como las de la tienda de tejidos La Moda Ideal y del estudio de fotografía. Se trata de los tres negocios que hasta el pasado lunes funcionaban en el edificio, los dos primeros con entrada por la calle Michelena y el segundo por los Soportales de A Ferrería.

Tras estas declaraciones, se remitirá toda la información al juzgado para realizar los trámites con los compañías aseguradoras.

Recuperación del edificio

Mayte Ramírez, propietaria del emblemático negocio de venta de tejidos La Moda Ideal, se acercó ayer, una vez más, por la zona en la que trabajaba la Policía Científica acompañada de los Bomberos.

La mujer, que con el incendio ha perdido su negocio y buena parte de la historia de su familia, está viviendo estos días "con mucha actividad", tanto por el contacto con las fuerzas de seguridad como con su compañía de seguros, una conocida firma a nivel nacional.

"Me pasé por allí y les dije que tenía los planos de todo el edificio, por lo que la Policía Científica se mostró muy interesada y me los pidió. Se los proporcionó el perito de mi seguro, que vino especialmente desde Barcelona para ver cómo había quedado todo esto", explica.

También ayer, Mayte habló con la dueña del inmueble, una mujer de más de noventa años de Pontevedra, que la tranquilizó y mostró su deseo de volver a reconstruir el edificio. "Yo tengo asegurado el contenido y ella el continente. Agradezco su ofrecimiento y me encantaría volver a abrir la tienda en el mismo lugar", dice esperanzada, aunque con muchas dudas sobre que el proyecto se pueda llevar finalmente a cabo.

Ayer, como todos estos días desde que sucedió el incendio, las calles Michelena y los Soportales volvieron a ser parada obligatoria de numerosos ciudadanos, que sacaron las cámaras de sus teléfonos móviles para inmortalizar las ruinas del edificio del siglo XIX. Fueron, precisamente, los ciudadanos los que llamaron de nuevo en la noche del martes a los Bomberos alertados por humo en la zona y pequeños focos de fuego, que fueron extinguidos.