Luis Campos reside en un ático en la calle Michelena en un edificio anexo al que quedó destruido por el incendio. Se encontraba con su mujer en casa cuando comenzó el fuego. Fueron ellos los que mostraron a los policías y a los bomberos cómo el fuego devoraba ya el tejado del edificio adyacente y estos les ordenaron desalojar el inmueble. "Había un montón de llamas que ellos no veían desde abajo". El calor y el fuego destrozó una cubierta de plástico que cubre el hueco de las escaleras de su edificio. "Nos sacaron cubiertos con una manta, ya que el plástico se derretía y caía fuego del techo". Cuando ayer regresaron al piso "estaba lleno de cascotes y ceniza".