Pasará bastante tiempo antes de que A Ferrería, una de las plazas más emblemáticas de la ciudad de Pontevedra, se recupere totalmente de la cicatriz que dejó el voraz incendio que en la noche del lunes destruyó uno de sus históricos inmuebles, ubicado en uno de los pasajes preferidos por vecinos y visitantes de la ciudad del Lérez, los Soportales.

La concejala de Urbanismo y Seguridade Cidadá, Carme da Silva, explicó ayer que el inmueble que acabó siendo pasto de las llamas cuenta -en su vertiente que da a la ya citada plaza- con uno de los más altos niveles de protección patrimonial que están fijados por el Peprica (el plan urbanístico del casco antiguo). En el momento en el que se acometiese su restauración, el promotor de la obra debería respetar todo el modelo constructivo externo e interno, es decir, no solo la fachada, sino también la distribución y gran parte de los materiales utilizados. Un menor grado de protección tiene su fachada hacia Michelena.

No parece que esta rehabilitación del inmueble pueda llevarse a cabo con rapidez. Sobre todo teniendo en cuenta el grado de destrucción del edificio y la causa del mismo, un incendio. Peritajes, trámites ante las aseguradoras, divisiones de propiedad horizontal..., son muchas las variables a tener en cuenta antes de que se pueda iniciar la restauración del edificio, si es que finalmente se lleva a cabo.

Por lo tanto, y aunque desde el Concello insisten que cualquier proyecto de rehabilitación en el casco histórico "se toma con mucho cariño" por la administración local, es posible que la cicatriz que el fuego ha dejado en la emblemática plaza pontevedresa tarde en desaparecer. Una cicatriz que no solo genera un impacto paisajístico negativo por la destrucción de un edificio, sino que también calcinó un comercio centenario, lo que supone otra merma para el patrimonio de la ciudad. "Hoy es un día muy duro para los propietarios de los inmuebles afectados", explicó la concejala de Urbanismo, "pero también lo es para toda Pontevedera porque cuando arde el centro histórico arde una parte de la historia de la ciudad", añadió.

Da Silva agradeció la labor desarrollada por todos los servicios de emergencia que participaron en las labores de extinción del fuego en un operativo del que destacó su "coordinación". Ante algunas de las críticas surgidas, la edil calificó la intervención de los medios de extinción de "profesional, rápida y eficaz". Y lo hizo poniendo de manifiesto el hecho de que, una vez que se recibió la primera llamada de alerta de un peatón que caminaba por Michelena a las 20.38 horas, a las 22.50 horas, apenas dos horas después, el fuego se daba por controlado y se descartaba cualquier posibilidad de propagación a los inmuebles adyacentes. Todo ello a pesar de las dimensines que adquirió del incendio en determinados momentos y que hizo temer al gobierno local "por toda la manzana".

Evitaron daños "irreparables"

De hecho explicó que, a la mente de muchos de los presentes en Michelena y A Ferrería vino el recuerdo del voraz incendio que acabó con gran parte del casco antiguo de Lisboa en 1988, dado que el fuego de A Ferrería se situó en una zona de edificios antiguos que, por sus características constructivas, facilitan la propagación del incendio. Carme da Silva dijo que "entiende" las críticas y manifestaciones que puedan proceder de los afectados ante "la pérdida" que han sufrido, "no solo material, sino afectiva", pero criticó las declaraciones de políticos, en clara referencia a las palabras de, entre otros, la edil María Rey, que solo perjudican a los servicios de emergencia.

Da Silva explicó que minutos después de la medianoche, la Policía Local reducía el amplio perímetro de seguridad establecido en los momentos de mayor virulencia del incendio y a las 3.30 horas los bomberos daban por extinguido el fuego. A las 4.30 horas finalizaban las labores de limpieza y las calles afectadas se abrían a la circulación dejando un pequeño perímetro de seguridad ante las dos fachadas calcinadas.

Debido a los elevados niveles de monóxido de carbono que se detectaban en viviendas del entorno del inmueble afectado, tanto en Michelena como en Soportales, no se permitió que los vecinos evacuados regresaran a sus viviendas. Una docena de ellos fueron realojados por el Concello en un hotel de la ciudad y el resto pernoctaron en casas de amigos y familiares. Ayer por la mañana se realizaron nuevas mediciones por parte de los bomberos y se permitió regreso a sus casas de la totalidad de los vecinos evacuados en Michelena, no así en Soportales, en donde había niveles de monóxido de carbono todavía elevados en algunas viviendas que tenían que seguir siendo ventiladas. Se preveía que la totalidad de los afectados pudieran regresar a sus casas a lo largo de la jornada de hoy. En el edificio que quedó destruido no había viviendas habitadas, sí los comercios "La Moda Ideal" y "Couplé", así como un laboratorio de fotografía.

Una de las situaciones más sorprendentes es el estado que presentaban los edificios colindantes al que quedó destruido por el incendio dado que sufrían daños en su interior pero la mayoría superficiales, causados por el humo y el agua, mucho menores de lo que se esperaba tras comprobar la virulencia del incendio.

Investigación policial

En cuanto a las causas del siniestro, todavía se desconocen. La Policía Científica de la Policía Nacional abrió una investigación y ayer ya se tomó declaración a testigos para hacerse una idea de cómo se pudo producir el incendio. No obstante, todavía no han podido acceder al edificio que fue pasto de las llamas, dado que los restos están muy calientes y hay brasas y llamas bajo los escombros. Esperan poder acceder hoy a un escenario que, avisan, será complicado de analizar por el elevado grado de destrucción que presenta.