En un principio se invitó a seis empresas especializadas en depuración y reciclaje del agua y en la actualidad son cuatro las finalistas. Las "multinacionales más importantes del mundo en esta materia", según destaca Ence, trabajan ya sobre el terreno, en la fábrica de Lourizán, con el fin de desarrollar uno de los proyectos más ambiciosos de la planta de pasta de papel: conseguir que los 39.000 metros cúbicos de agua que captan al día en la actualidad del río Lérez (en su presa de Bora) se reduzcan a 3.900, mediante el reciclaje del 90% de esa cantidad.
Se trata de un contrato de unos 20 millones de euros que forma parte del plan de inversiones -por un importe de 61- que Ence presentó al Ministerio de Medio Ambiente dentro de su solicitud de prórroga. El Gobierno central valoró, en su concesión de sesenta años más de presencia en Lourizán, ese programa de obras para otorgar diez años más de plazo sobre los cincuenta previstos inicialmente, si bien con la condición de que estos proyectos, incluido el nuevo ciclo del agua, esté listo a mediados de 2018, dentro de dos años. De no ser así, la prórroga no sería hasta 2073 sino hasta 2063.
Ence presenta este proyecto hidrológico como "un paso más en nuestro compromiso con Pontevedra y su entorno", con el reto de limitar a unos 3.900 metros cúbicos los que se que verterían al emisario submarino. Este plan de optimización del agua consumida supondrá además la supresión de las balsas de decantación ubicadas en los terrenos del complejo industrial, otra de las condiciones establecidas por Costas en la prórroga recién concedida.
Según fuentes oficiales de la empresa, cada una de las cuatro multinacionales que trabaja en este proyecto plantea su propia tecnología y dispone de un "laboratorio" en el complejo, una planta a escala que reproduce el funcionamiento de cada propuesta con los parámetros reales de la fábrica. "Se trata de un trabajo de campo que muestra las operaciones que haría la planta grande, con el fin de determinar cual ofrece un mejor resultado", añaden las mismas fuentes.
El director de la fábrica de Pontevedra, Antonio Casal, apuntaba esta semana que la decisión final se adoptará "en marzo o en abril" y a partir de ahí la empresa ganadora del concurso se encargará de ejecutar y poner en marcha la nueva depuradora, una instalación que obligatoriamente debe estar totalmente concluida a mediados de 2018, por lo que los plazos ya están muy ajustados.
"Industria verde"
Ence subrayó en sus comunicados oficiales que "se marcó en el año 2011 el objetivo de convertir sus centros de operaciones en ejemplos de industria verde". Y sitúa el "Novo ciclo da auga" en ese proceso, para "pasar a reciclar y reutilizar gran parte del agua que emplea en su proceso productivo. Reducirá en más de un 90% tanto el agua que toma cada día del río Lérez como el volumen de su efluente a la ría". Esta iniciativa comenzó a ser diseñada en 2014 y los responsables de la pastera aseguran que "no existen proyectos comparables en funcionamiento en el sector industrial español".
Las ofertas que se manejaron hasta ahora alcanzaban el objetivo de reducir la demanda de agua del río Lérez hasta dejarla en unos 4.000 metros cúbicos de agua al día
En una carta abierta a los ciudadanos publicada por Ence hace unos meses destacaba que se trata de ejecutar "una tercera depuradora en serie con la más avanzada tecnología, un proyecto tecnológico que incluye soluciones como las que se emplean para la potabilización del agua del mar". Las seis empresas multinacionales expertas en depuración de aguas invitadas inicialmente eran: Aqualia, Aqualogy, Cadagua, Degremont, Sadyt y Veolia.
Paralelamente, como otra de las inversiones vinculadas a la prórroga está la relativa al impacto oloroso de la actividad de Ence en Lourizán, una promesa reiterada de la empresa desde hace más de 25 años y que ahora reitera con un proyecto de 8 millones de euros para reducir el olor, los vapores y los ruidos.
