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Los drones vigilan las palmeras de Caldas para detectar la presencia de la plaga del picudo rojo

Expertos de O Areeiro inician los trabajos para salvar uno de los lugares más característicos de la villa termal

Un dron recoge imágenes de una de las plameras de Caldas.

La estación fitopatolóxica O Areeiro comenzó en la mañana de ayer a utilizar drones para investigar el impacto del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) en los 51 ejemplares de palmera del municipio, que en las últimas semanas ya fueron objeto de un estudio ocular. Con este trabajo se espera realizar un diagnóstico claro del estado de esta especie.

El alcalde, Juan Manuel Rey, mostró su preocupación por el hecho de que esta plaga pueda acabar dañando a la zona verde que identifica a la villa termal.Técnicos de O Areeiro, a los que acompañó el regidor, realizaron las tareas con el dron.

La intención de O Areeiro, a instancias del gobierno local, es establecer un plan de protección contra la plaga del picudo rojo, que está afectando a palmeras del sur de la provincia, un insecto que ya está extendido en la zona del municipio de Pontevedra, con varios ejemplares de este árbol que han tenido que ser incluso talados para evitar un desprendimiento, ya que este insecto devora las madera y se reproduce de forma muy rápida.

De este modo, la estación fitopatolóxica, que ya está realizando los trabajos de tratamiento y de prevención en ejemplares sin el picudo rojo en la capital de la provincia, y ahora traslada estos mismos trabajos a Caldas de Reis.

Tras las investigaciones de técnicos municipales con varias empresas especializadas, las palmeras de Caldas no parecen tener este insecto, aunque recomiendan medidas de prevención ante la gravedad de la plaga, que podría llegar a acabar con uno de los paisajes más característicos del municipio como es la plaza de As Palmeiras, donde se concentran 30 de los 51 ejemplares que se analizarán.

En principio, los expertos de la estación fitopatolóxica, dependiente de la Diputación, transmiten tranquilidad en cuanto a la plaga ya que las bajas temperaturas no son propicias para este insecto que devora la madera, si bien el hecho de que tengamos un invierno cálidos puede provocar el aumento de esta plaga y los daños a los árboles.

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