Por orden del Tribunal Supremo, a instancias de Salvemos Pontevedra, Medio Ambiente tuvo que revisar la concesión de 1958 por supuestos incumplimientos del título habilitante. En julio de 2015 Costas declaró una caducidad parcial que no afectaba a la fábrica, aunque sí a la depuradora de Placeres (pero se permite su continuidad) y al campo de fútbol.