El gobierno local de Pontevedra asegura estar dispuesto a afrontar el debate abierto para regular el tráfico ciclista en el casco urbano de la ciudad y de hecho, no discute que el actual puede ser el momento idóneo para hacerlo. Por eso, está dispuesto a impulsar una mesa de diálogo con numerosos colectivos sociales de Pontevedra (y no solo aquellos vinculados al mundo de la bicicleta) para alcanzar un "acuerdo de mínimos" que permita actualizar un reglamento de circulación. Un reglamento que reconocen obsoleto en cuanto a los ciclistas pero cuya reforma se debería realizar teniendo en cuenta las directrices de uso de los espacios públicos de las que se dotó el ayuntamiento no hace mucho tiempo, en el año 2009 y que son "muy avanzadas".

Este debate se abrió el pasado lunes, tras la aprobación por parte de la oposición de una moción presentada por el PP y que incluía en uno de sus apartados la creación de una red de carriles bici por toda la ciudad. Una moción que, tras salir adelante, motivó la reunión ayer de la Comisión de Mobilidade para abordar este asunto. Tras el encuentro, el edil de Mobilidade, Luis Bará, manifestó esta disposición del gobierno local a buscar una actualización del reglamento de circulación para mejorar la situación de los ciclistas, pero insistió en la postura que el ejecutivo mantuvo en el pleno: la moción que respalda la oposición es "inviable, inaplicable y contradictoria con el modelo urbano" que impulsa el BNG. Ante estas dudas, Bará anunció que ya se han solicitado informes a la Policía Local y a los ingenieros municipales sobre la viabilidad y el impacto que supondría el cumplimiento de la moción aprobada por la oposición el pasado lunes y que implicaría que prácticamente todas las calles deberían contar con su propio carril bici.

Discusión previa

Así las cosas, Bará aseguró tras la comisión que "no le tenemos miedo a este debate, es útil" pero insiste en que no comparte "ni el fondo ni la forma de la moción" . Cree que es preciso una fase de "discusión previa" que ahora van a abrir antes de adoptar medidas para entrar a regular a fondo el tráfico ciclista en la ciudad. Esa fase de análisis incluiría el estudio de experiencias con el tráfico ciclista llevadas a cabo ya en otras ciudades y que en algunos casos acabaron por ocasionar nuevos conflictos. A la hora de definirse a priori por algún modelo, Bará se postula por aquel que también parecen defender asociaciones ciclistas como Pedaladas, que proclaman que los ciclistas "somos tráfico". Mientras se busca una convivencia en espacios y calles de plataforma única, lo normal es que en calles con calzada las bicis circulen por ella, eso sí, de forma "cómoda" y "segura".

Al concejal de Mobilidade le parece que la oposición tiene una verdadera habilidad para coincidir en la defensa de planteamientos que "atacan directamente al modelo de ciudad", como es el caso de esta moción y antes la solicitud para regular la instalación de lombos en el casco urbano.