Un pontevedrés acaba de ser condenado a penas que suman dos años de prisión como autor de dos delitos de estafa, uno consumado y otro en grado de tentativa. Según el fallo, el acusado utilizó un carné de un vecino de Poio que este había extraviado para realizar contratos a nombre de esta persona e incluso intentar retirar dinero de su cuenta bancaria.

Según los hechos que se declaran probados en la sentencia, el vecino de Poio víctima de estos hechos perdió su carné y sin que llegara a saberse cómo acabó en las manos del acusado. Con este documento solicitó a dos empresas de telefonía distintas la contratación de dos líneas de teléfono que se activaron en junio y julio de 2013 en apenas una semana de diferencia. El uso de estas dos líneas generó una deuda pendiente de pago con sendas compañías de 632 y 404 euros respectivamente, cantidades que ahora reclaman al acusado.

No teniendo suficiente con esto, el acusado se dirigió el 23 de enero de 2014 a una sucursal bancaria de la calle Loureiro Crespo con el propósito de sacar 3.000 euros de la cuenta que el titular del carné tenía en esa entidad bancaria. Para ello, el acusado exhibió el documento nacional de identidad de la víctima y firmó la documentación necesaria para realizar la operación. No obstante, el empleado bancario estuvo atento y se percató de que la firma que el acusado estampó en los documentos del banco poco tenía que ver con la que figuraba en el carné. Fue por ello que derivó a esta persona a la oficina titular de la cuenta bancaria en la calle Peregrina. Cuando llegó allí, ya estaba siendo esperado por dos agentes de la Policía Nacional de Pontevedra sin que llegara a poder retirar el dinero.

Así las cosas, el juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra condenó en primera instancia a este hombre a tres meses de cárcel por un delito de estafa en grado de tentativa por este último hecho, así como a un año y 9 meses de prisión por una estafa continuada en el caso de las dos compañías de telefonía móvil. Además de obligar a devolver a estas dos empresas los más de mil euros de las facturas que dejó sin pagar.

El acusado recurrió en apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra, pero este tribunal acaba de confirmar el fallo del tribunal de instancia de tal forma que la sentencia es ya firme. En este proceso figuraba una mujer como segunda acusada pero el tribunal la absuelve al entender que no participó en los hechos.