La restauración de la imagen del patrón de Pontevedra, San Sebastián, que fue encontrada en un almacén de la parroquia de San Bartolomé por el investigador Leoncio Feijoo, podría depender del visto visto bueno conjunto del Arzobispado de Santiago y Dirección Xeral del Patrimonio Cultural de la Xunta.
Así lo aseguraron ayer tanto desde la Vicaría Episcopal de Pontevedra como del Arzobispado de Santiago.
"Una diócesis es como un gobierno. El obispado tiene delegaciones diocesanas: patrimonio, clero... La restauración de una imagen, del tejado de una iglesia, la reparación de un altar... es una cuestión de Patrimonio Diocesano, que tiene la sede en el mismo Arzobispado de Santiago", explica el vicario de Pontevedra, Calixto Cobo.
"La cosa se complica cuando la obra está catalogada, ya que entra también Patrimonio de la Xunta. No podemos mover una teja de una iglesia románica, por ejemplo, sin la actuación conjunta de Patrimonio Diocesano y Patrimonio de la Xunta", recalca.
Cobo asegura que el párroco del lugar donde aparece una talla debe ponerse en contacto con el Arzobispado para informarle del interés de restaurarla y que este es quien la cursa al departamento correspondiente, en este caso Patrimonio Diocesano.
Cobo reconoce que no es habitual que aparezcan tallas religiosas antiguas en las iglesias. "Es algo anecdótico, ya que todo está expuesto al culto. Puede darse el caso de que haya una talla de mucho valor que está guardada en el Museo Diocesano", añade.
Calixto Cobo aseguró cuando habló ayer con FARO que no había visto todavía la talla encontrada por Leoncio Feijoo. Del mismo modo, el delegado diocesano de arte sacro del Arzobispado de Santiago, Braulio Arce, confesó que no había sido informado todavía de la aparición de la figura del santo.
Arce mostró un gran interés por el tema y por la posible restauración de la imagen "cuanto antes".
El experto afirma que el proceso habitual que sigue el Arzobispado en estos casos es que tres empresas especializadas en tallas de madera den su informe y su presupuesto de un proyecto de restauración. "Se escoge la que mejor se adecue al proceso y se solicita al señor arzobispo y al vicario general conforme a un presupuesto", indica.
"La empresa escogida es la que se encarga de llevar el proyecto a Patrimonio de la Xunta y solicitar la autorización debida", añade.
Según Arce, la resolución que dé la Dirección Xeral de Patrimonio es vinculante.
El experto celebra que la Escuela Superior de Restauración de Pontevedra se hubiese ofrecido a recuperar la antigua imagen de San Sebastián, una noticia que tampoco conocía. "En ese caso, debe ser la misma escuela, con el consentimiento del cura párroco de San Bartolomé, la que solicite al Arzobispado la conformidad con la obra. Si el párroco está de acuerdo, estupendo", reitera.
Braulio Arce anunció su intención de ponerse en contacto con Raúl Lage, el párroco de San Bartolomé, para conocer los detalles del hallazgo, aunque recalcó que en las tallas antiguas no se aconseja la implantación de partes nuevas como brazos que le faltan a la talla o partes del rostro.
El experto califica este hecho de "puntual". "A veces se dan casos como este porque son imágenes que están muy deterioradas y se retiran de su exposición al culto. Lo más aconsejable es que aquí en el Arzobispado hubiese un almacén en el que ubicar todas estas tallas, para que no se pierdan. Se ha hecho una propuesta al respecto", sostiene.
Braulio Arce indica que para valorar una imagen como la de San Sebastián es importante datarla.
Sin brazos
La talla del patrón de Pontevedra fue encontrada por el investigador Leoncio Feijoo en un almacén de la parroquia de San Bartolomé, donde fue depositada a mediados del siglo XX.
La imagen se encuentra en un estado bastante deteriorado, ya que le faltan los brazos, la nariz y parte de la madera que reproducía su cabello. Ha podido ser autentificada por referencias de inventarios eclesiásticos y la descripción realizada por un integrante de la Sociedad Arqueológica en 1900,
San Sebastián aparece con el torso desnudo, atado a un árbol y recibiendo las flechas del martirio.
Se le había perdido la pista en 1950, cuando el Concello de Pontevedra decide depositarla en la iglesia debido a un encargo de una nueva talla, que data de 1947.
Tras conocerse la noticia de su hallazgo a través de FARO, la Escuela Superior de Restauración de Pontevedra se ofreció para proceder a su recuperación.
