Diez incunables de los años 1450 a 1500, veinte manuscritos y 1.849 libros raros de los siglos XVI, XVII y XVIII son algunos de los tesoros que guarda en sus instalaciones la Biblioteca Pública "Antonio Odriozola" de Pontevedra, instituida en 1848. El centro abrió ayer las puertas a sus entrañas al público con motivo de la celebración del Día del Usuario de Biblioteca, una fecha con la que se quiere conmemorar la utilización de este tipo de servicio público.
Pilar Fernández, directora de la biblioteca, explica que entre los fondos se encuentran numerosas obras conseguidas a través de la Desamortización de Mendizábal, que comenzó en 1836, de ahí que el edificio de la calle Alfonso XIII de Pontevedra guarde entre sus estanterías volúmenes mucho más antiguos que pertenecían a los monasterios y conventos extinguidos por las leyes del político del reinado de María Cristina de Borbón. Según el protagonista de la Revolución liberal española, las propiedades religiosa deberían pasar a manos de una clase media o burguesía que sería la que podría enriquecer al país, también culturalmente hablando.
"Tenemos aquí, por ejemplo, volúmenes del Mosteiro de Armenteira. También hubo material del de Poio, pero se devolvió porque este constituyó su propia biblioteca", cuenta la directora.
Entre estas reliquias, destacan algunas especialmente curiosas para el público, como una Biblia políglota del siglo XVII, que entre otras lenguas, está escrita en dos tipos de latín, arameo y griego.
Además de estos primitivos fondos, la biblioteca fue incorporando a lo largo de su historia numerosas adquisiciones, provenientes de colecciones diversas, tanto compradas como entregadas por sus dueños o familiares desinteresadamente.
De entre los 154.000 títulos, más de 209.000 volúmenes, que posee la Biblioteca Pública de Pontevedra, 9.844 son de fondo antiguo anterior al siglo XX.
Asimismo, la institución puede presumir de tener entre sus estanterías interesantes colecciones, como la de Jesús Muruais (Pontevedra, 1852-1903), el segundo de tres hermanos. "De sus 4.000 volúmenes bebieron escritores como Valle-Inclán", aclara Pilar Fernández, que destaca que estas estanterías en concreto están formadas por numerosas obras de literatura francesa del siglo XIX y por una serie de fotografías encuadernadas de personalidades del momento, especialmente políticos y escritores.
La colección llegó a manos de la biblioteca después de que el Ministerio de Cultura la adquiriese en la década de los 60. "Curiosamente, y aunque este centro debe su nombre a Antonio Odriozola, los libros del investigador se encuentran en el Museo de Pontevedra", indica Fernández.
Depósito legal de prensa
Parte de la biblioteca de las hermanas Mendoza, fondos de la del profesor Carlos Villar, libros en homenaje a Losada Diéguez y depósitos de la colección de la Sociedad Arqueológica y la Colección Casto Sampedro completan los fondos de una institución que también tiene el depósito legal de periódicos como Faro de Vigo, decano de la prensa española.
Es tal el volumen de publicaciones periódicas, que muchas de ellas todavía se encuentran embaladas desde el año en que la biblioteca se mudó del antiguo edificio en la calle Paseo de Colón a sus actuales instalaciones.
Para la correcta conservación de los fondos, el depósito de fondo antiguo cuenta con unas condiciones especiales de humedad y temperatura. Dos veces al años se fumiga. Las restauraciones de obras se realizan en Madrid o en el Archivo del Reino de Galicia, en A Coruña.
"Ya no tenemos más espacio para crecer. Esto se nos ha quedado pequeño, de ahí que controlemos mucho las colecciones que nos ofrecen", concluye Pilar Fernández, que confiesa que han tenido que desviar a otras instituciones interesantes ofrecimientos.
