Las empresas especializadas en la materia y algunos de los propietarios de las bateas afectadas se han encargado en las últimas horas de asegurar y recuperar algunos de los artefactos que se habían visto dañados a causa del intenso oleaje. A pesar de ello, el peligro para la navegación continúa, ya que en el agua todavía quedan a la deriva importantes restos de parques de cultivo e incluso de embarcaciones y material de pesca.