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Una víctima de malos tratos de la comarca recupera los perros que dejó en un refugio

Es una pontevedresa que se separó de sus tres mascotas en noviembre porque le asignaron una casa de acogida en la que no admiten animales

Hace apenas mes y medio la presidenta de la Asociación Protectora de Animais de Cambados y varios voluntarios vivieron una de las experiencias emocionales más duras de sus vidas, al ver como una mujer víctima de malos tratos tenía que separarse de sus tres perros, después de que el juzgado le asignase protección policial y una casa de acogida para víctimas de violencia de género, a la que no podía llevar los animales. Una historia que ayer tuvo final feliz.

A primera hora de la tarde, el Refugio publicaba en su página de Facebook una breve nota, en la que indicaba que "al final se ha resuelto de la mejor manera". El hombre acusado de malos tratos se ha visto obligado a trasladarse fuera de Galicia, y la mujer ha podido regresar a la comarca de Pontevedra, donde reside. Este nuevo cambio de domicilio le permitirá reencontrarse no solo con los perros, sino también con una hija mayor de edad que no la pudo acompañar a la casa de acogida pues en este tipo de centros no se permiten vástagos mayores de 18 años.

La presidenta de la Protectora, Olga Costa, relata que la mujer se desplazó a Cambados ayer, y que "al verla los perros no paraban de llorar". Afirma que también la mujer estaba muy emocionada, de ahí que la presidenta del colectivo animalista sostenga que "esta ha sido una de las historias más gratificantes del año para mí". Costa aprovechó para dar las gracias a los refugios de toda España que en noviembre se pusieron en contacto con ella ofreciéndose para acoger a los tres perros, de modo que estos estuviesen lo más cerca posible del domicilio provisional de la víctima de los malos tratos.

La mujer acudió a la Protectora de Cambados después de que no le admitiesen los perros en otras instalaciones más próximas geográficamente a su domicilio. Acudió con las tres mascotas y en compañía de sus dos hijas, una de las cuales tampoco podría acompañarla a la casa de acogida por haber cumplido ya los 18 años.

Olga Costa añade que el día en que las mujeres se presentaron en el refugio cambadés, la madre explicó que "el perro grande estaba muy unido a ella, y que cuando el marido le pegaba el perro se ponía delante para que le diese tiempo a huir y después escapaban juntos".

Los tres animales quedaron custodiados en el Refugio municipal de Cambados, situado en Corvillón, y desde un primer momento la presidenta del colectivo aclaró que no se darían en adopción transcurriese el tiempo que transcurriese. Su único objetivo era que la pontevedresa pudiese reunirse con ellos de nuevo. Y así ha sucedido al final.

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