Para el BNG, la reunión de ayer no es más que un "pacto político" entre fuerzas antagónicas que solo tiene el objetivo de desgastar al gobierno local, no de "regenerar la vida municipal, una cuestión en la que llama la atención que esté tan interesado precisamente el PP", apuntó ayer la concejala Anabel Gulías, cuyo partido no asistió a la reunión. Con doce concejales frente a los trece que puede sumar la oposición en este asunto, la edil también mostró su sorpresa por el hecho de que "aquí pacten el PP y Marea pero en Madrid sea tan difícil", por lo que aconsejó, irónicamente, a Jacobo Moreira a "llamar a sus superiores y explicarles la fórmula para llegar a acuerdos" con los aliados de Podemos.

Gulías recordó que al inicio del mandato el gobierno local ofreció a todos los grupos de la oposición asistir a las juntas de gobierno y presidir las comisiones informativas pero ni Marea ni PSOE lo aceptaron, mientras que María Rey si suele acudir a las reuniones del gobierno local y el PP preside la comisión de Contas. "Lo normal es participar mediante los mecanismos institucionales" insiste la edil, que se pregunta "a donde van el PP y Marea, que se alían para cuestiones tan intangibles como la regeneración democrática", una expresión que el BNG considera "fuera de lugar".