A pesar de que el origen del nombre de Godos se debe a la invasión del pueblo germánico de los visigodos, el asentamiento es muy anterior. "Tenemos mucha influencia de la época celta, se ve mucho en la tradición oral, especialmente en la gente mayor. De hecho, se perdió mucho, pero algo de superstición queda", señala José Ramón Morales, autor de "Godos. Hoxe, onte e nantronte".

Una de las cuestiones más llamativas fue la aparición de unos grabados fenicios encontrados en Godos. "Dan testimonio de que las tierras de Castrove, Xiabre y Salnés daban a Godos como la capital", señala Morales, que también destaca la presencia de las siglas SAHA o SAGA. "Quiere decir adoradores de la luna, por lo que dan por manifiesto que en estas tierras se ofrecían ritos, orgías y quizás sacrificios humanos, pero con la implantación del cristianismo se daría una nueva interpretación mística a estas celebraciones nocturnas, suprimiendo todo inicio cruento y anulando la magia que se le atribuía a algunas piedras el colectivo del pueblo galaico. Bajo la advocación de María, se continuó una sacra continuidad a la 'Gran Madre', y una de sus manifestaciones era el astro de la noche".