- ¿Cuál es su balance de este medio año de presencia de Marea en el Concello?
- Llegamos a un Concello que tiene una serie de singularidades, entre ellas que está sentado en la silla de la Alcaldía un señor que entró en el ayuntamiento en 1987, es decir, que lleva 28 años en el Concello. Eso supone una cierta anomalía democrática, porque es un período demasiado largo ostentando una representación pública. Además, muchos de esos años en la Alcaldía. Nosotros llegamos en un momento en el que esa persona aún tenía tirón electoral y le funcionó, pero creo que ya está en el fin de su etapa en Pontevedra. La Marea, a través del trabajo realizado en estos seis meses y del que vendrá más adelante, nos consolidamos como alternativa.
- ¿Ve posibilidades de una moción de censura?
- No. La aritmética daría para una moción de censura, pero los proyectos y los programas con los que concurrimos a las elecciones municipales las distintas fuerzas políticas que estamos en la oposición, hace inviable que lleguemos a unos mínimos asumibles por todos. Como además eso requeriría de una persona que encabece, pues va a ser imposible. Y juegan con eso desde el gobierno municipal. Esto no impide que se pueda llegar a acuerdos entre los grupos para otros asuntos.
- ¿Cuál es su principal rival en el Concello, el PP o el BNG?
- El gobierno, es evidente. Nosotros estamos en la oposición y la oposición hace oposición a quien gobierna. Podría pensarse que tenemos proyectos compatibles en el plano ideológico, pero dado que unos mismos señores llevan todo el siglo gobernando de una manera poco respetuosa con sus principios, se hace imposible. En cuanto a los demás, nosotros podemos hacer pactos con todos, también con el gobierno.
