Si una infraestructura define la romanización son las calzadas, prototipo de la construcción civil romana, una red que articuló la Península y facilitó un comercio en auge en paralelo a siglos de paz; con ellas, los puentes eran tal vez las más sólidas de las construcciones del imperio, dos de las muestras de su conocimiento que confluyeron en la antigua Turoqua.

Ésta constituía una parada poco habitual en los itinerarios romanos, que evitaban al máximo las zonas de inundación y en general las inmediaciones de los ríos, dos excepciones que no pudieron salvar en el caso de la antigua Pontevedra.

Así, en el acceso al puente sobre el Lérez se asentó la mansión que dio origen a la ciudad, muy posiblemente en el siglo I.

Su cometido era proteger el puente que comunicaba la calzada entre Bracara Augusta y Arturica Augusta, pasando por Lucus Augusti, garantizando el flujo de tropas y productos comerciales, a la cabeza alimentos.

Con este objetivo, se habían llevado a cabo años antes las distintas fases que establecía la construcción de la calzada: explanar tras deforestar la zona, delimitar el firme (con excepciones como el ensanche de la vía en las curvas para facilitar el paso de los carros), cimentación con piedra, seguida de arena y una capa final de cantos rodados.

Una teoría apunta a que el puente estaba unos metros más abajo del actual de O Burgo, siguiendo el trazo de una calzada que fue posteriormente tapada.

En el itinerario de la calzada fueron localizados la decena de miliarios encontrados en el municipio: el localizado en las excavaciones de 1988, de la época de Adriano; el de Ponte do Couto, datado en los años de Maximino y Máximo (un cipo de alrededor del año 23 después de Cristo que fue localizado en las obras de construcción del ferrocarril en el siglo XIX); un fragmento localizado en Salcedo; el de Alba, de la época del emperador Caracalla, datado en el año 214 después de Cristo; el de Cerponzóns, del siglo IV después de Cristo y dedicado al emperador Magencio; los dos localizados en 2007 en O Burgo y el hallado en Salcedo, con una inscripción muy deteriorada.

En Salcedo durante la construcción de la linea férrea de alta velocidad se localizaron en 2009 dos miliarios. El hallazgo de estas obras fue posible gracias a una vecina, Soledad Vilela, que alertó del hallazgo de estas obras que, al igual que el miliario hallado un siglo antes en Ponte do Couto, está dedicado a los emperadores Maximo y Maximinus.

Con los miliarios, figuran en el inventario de tesoros de la romanización varias aras. La primera es la de Campañó, que sirve de apoyo al altar de la capilla de San Paio, con base y cornisa por los cuatro lados.

Otra es la de Tomeza, con la curiosidad de que ha de ser leída al revés, de derecha a izquierda.

En Lourizán, en concreto en el entorno de la iglesia, se localizaron tres aras, dos de ellas dedicadas a una divinidad indígena (Vestio Alonieco) y en la tercera se borró la inscripción.

Con todo, varios historiadores apuntan a que Turogua no solamente era una mansión de reposo sino también una villa marinera.

Uno de los que apunta a esta teoría es el arquitecto Rafael Fontoira, que señala que "el registro a lo largo de la costa de la ría de Pontevedra de varias villas costeras, algunas con sus muelles, como son las de Lourizán, de Portocelo, Marín o Bueu nos hablan de la importancia marinera de la ría, pero son sobre todo los dos grandes cepos de anclas romanas de plomo aparecidos en Punta Udra los que reflejan un movimiento marítimo comercial indudable".

De esa época fundacional de la ciudad datan además de las aras y miliarios otros restos arqueológicos muy reducidos y de relativo interés como estelas de un mosaico, un sello y tégulas. También se localizaron monedas en distintos castros y un hipocausto en la que se cree que fue una vivienda en la calle Princesa de los siglos III o IV.

"Los hallazgos romanos están diseminados en una superficie bastante extensa y ocupan casi todo el centro histórico", añade la misma fuente, que recuerda que del puente romano de O Burgo no aparecieron restos, de hecho los arcos más antiguos son del siglo XII.