La toxina lleva desde mediados de julio dándole una tregua a los marisqueros del fondo de la ría, lo que supone un importante respiro para las cofradías, que espera que se mantenga la situación para asegurarse una buena campaña de Navidad. Pero este paréntesis no oculta el balance negro de los mariscadores: en este acumularon 85 días sin poder trabajar, lo que supone el segundo peor año de la década. Una medida que tuvo repercusión directa en la lonja de Campelo.

Y es que la rula poiense registra, a falta de dos semanas y media para el final del año, los peores registros del último lustro. En lo que va de 2015 se han podido subastar 239.805 kilos de bivalvo, lo que supone 27.521 kilos menos que el año pasado por estas fechas, siendo 2014 un año negro para el marisqueo.

El dato es aplastante si se compara con la situación de 2012, ya que en lo que va de campaña se recogieron 436.519 kilos de bivalvo menos. La desaparición del berberecho en los últimos años (de subastar 111.482 kilos en 2010 a 41 en la presente campaña), se le suma la mala campaña en la almeja babosa. Esta variedad en 2014 representaba el tercer marisco en volumen de subastes en Campelo (19.021 kilos), pero su alarmante mortandad en 2015 la relegó a la sexta especie más comercializada en la rula poiense, con solo 3.610 kilos.

Los malos registros también se tradujeron en los que son los peores datos económicos de la lonja de Campelo en los últimos cinco años y que solo se están tratando de paliar con los grandes esfuerzos que están haciendo los mariscadores y administraciones por publicitar las subastas en esta rula. Por el momento se llevan ingresados en la presente campaña 2.160.948 euros procedentes de la subasta de bivalvo, lo que suponen una diferencia de 160.753 euros con respecto a las mismas fechas del año pasado (2.453.981 euros menos que en 2012 por estas fechas). La diferencia está en que en este año el kilo medio de molusco se está pagando a 9,01 euros, el mayor de los últimos cinco años.

Si descontamos el bivalvo de las subastas, la rula poiense suma 160.483 euros. Y es que la almeja japónica y la fina son las principales especies de la rula (187.044 y 35.658 kilos respectivamente), seguidas del choco (13.887), la navaja (11.591) y el centollo (4.120 kilos), como las cinco especies con más capuras.

Mejillones

Por otro lado, el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), decretaba ayer la apertura del polígono mejillonero Portonovo C que hasta ahora permanecía cerrado por la presencia de la toxina lipofílica. Además, los análisis revelaban el primer negativo en Portonovo B. Se tratan de dos zonas de extracción de mejillón importante para los productores de la ría, ya que actualmente son los únicos de la ría, además de los de Bueu, que permiten la comercialización de sus mejillones en fresco, ya que el Portonovo A, el que tiene mayor número de bateas, está declarado como zona C por lo que solo es apto para las conserveras. De prolongarse la apertura, permitirá a los mejilloneros mantenerse en la campaña de Navidad.