Larus Control, la empresa contratada por el Concello de Caldas para el control de la estorninos, puso en marcha esta semana los trabajos para reducir la presencia del Sturnus unicolor (estornino negro) y del Sturnus Vulgaris (estornino pinto) en el centro del municipio. Considerado como una plaga urbana por resituar su zona de cría natural y la falta de un depredador en el caso del estornino negro, se le suma en los meses de invierno la presencia de la variedad pinta, especie migratoria que llega del norte de Europa y que está utilizando como dormideros.

Aunque la estancia de la especie se concentra entre los meses de septiembre a marzo, la cantidad excesiva de sus ejemplares están ocasionando molestias en la utilización de espacios verdes, como parques infantiles, superficies arboladas o calles peatonales, debido a la acumulación de defecaciones en las mismas. Esto está provocando un aumento de los costes de limpieza por parte del Concello, así como la limitación de los usos de estos espacios por parte de los vecinos, especialmente en torno a la plaza de As Palmeiras, donde se concentra habitualmente el mayor número de estorninos.

Así, en los últimas semanas, la empresa encargada del control de los estorninos realizaba un censo de los ejemplares en Caldas para empezar esta misma semana con eliminación de estos ejemplares a través de su expulsión. El técnico responsable, Juan Fraga, sin especificar los métodos que emplearían, señalaba que se tratarían de métodos "prácticamente imperceptibles" para los vecinos, con la intención de provocar las menores molestias posibles, al mismo tiempo que aseguraba que no existiría maltrato animal en sus trabajo.

Desde la empresa, con la que el Concello firmó un contrato de 4.000 euros, aseguran los trabajos hasta tal punto que señalan que "si no es efectiva y no se van los estorninos" renunciarán a cobrar. Se trata de los mismos trabajos que realizaron en las campañas 2010-11 y 2011-12, en los que consiguieron que los estorninos no volviesen a Caldas durante tres años, después de hace 10 años se declarase su presencia como "plaga urbana". "Fue un trabajo positivo, porque en muchos sitios se están trabajando durante años y no vuelve, al menos en este caso estuvieron tres fuera", señalaba Fraga.

Las de Larus Control no fueron los únicos trabajos a este respecto que se hicieron en Caldas. El propio técnico responsable del actual trabajo denunciaba la presencia de "intrusismo" en otras campaña. "Otros con un presupuesto el doble que el nuestro no consiguieron nada", apunta con respecto a su eficacia y recalca que en diversos casos, las personas no cualificadas recurren al maltrato animal.