La Consellería de Sanidade, que tramita algunas de las actas de infracción levantadas a este obrador ilegal, quiso lanzar ayer un "mensaje de tranquilidad" a la población al minimizar el impacto que pudiera tener sobre la población la elaboración de estos churros en un local con unas condiciones de salubridad tan malas.

Desde el Servicio de Control de Riesgos Ambientales de la Consellería de Sanidade en Pontevedra explicaron que en estos momentos están recabando documentación para comprobar quienes eran todos los posibles clientes de este obrador y dictaminar "cuál era el ámbito y el alcance de la distribución". "De todas maneras, hay que tener en cuenta que lo que están comercializando es un producto que pasa por calor por lo que la contaminación microbiológica entendemos que debería de ser, salvo posterior manipulación y al ser de consumo muy inmediato, un peligro inminente para la salud, por lo tanto la gente que haya consumido esos churros debería estar tranquila en ese sentido", añadieron. "Continuaremos las investigaciones para averiguar si pudiera haber algún tipo de agente contaminante, pero también estamos descartando esas posibilidades y no hemos tenido incidencias o noticias de centros de salud relacionadas con el consumo de estos churros, por lo que en este sentido estamos tranquilos", explican.

Desde Sanidad reconocen que los responsables de este taller obviaron la puesta en marcha de los diferentes protocolos y medidas que exige la normativa para evitar que suceda cualquier episodio negativo para la salud de los consumidores relacionado con la ingesta del producto que elaboraban. Y, aunque "no hemos detectado peligro" en dicho producto, "la probabilidad de que pudiera pasar algo estaba ahí y por eso nos decidimos a actuar".