El 3,8% de la población de Marín es inmigrante. Es decir, de sus 25.416 habitantes contabilizados en el último censo, un total de 969 vecinos son extranjeros.

Los residentes no originarios de Marín proceden de 58 países distintos. De éstos, 13 son de la Unión Europea y 45 son extracomunitarios, siendo Ghana el país que más extranjeros aporta a la villa, con un total de 256, seguido por Marruecos, con 202 vecinos, Portugal con 79, Rumania 28, Argentina 28, Brasil 26, Perú 22 y China 21.

Son los datos presentados en el 15 Consello Municipal da Inmigración, celebrado ayer. Este órgano de participación ciudadana de carácter consultivo trabaja en la consecución de un mayor nivel de bienestar, así como la autonomía y la integración social de las personas inmigrantes que se establecen en la villa.

En la sesión del Consello da Inmigración se dio cuenta del informe de población inmigrante que reside en el municipio, así como los planes, programas y proyectos desarrollados durante el año.

Aumenta

La población inmigrante ha aumentado levemente en el último año, pero en cifras poco significativas, según se desprende de los datos de este Consello Municipal. Si en la última reunión de este órgano se desveló que en el municipio están empadronados un total de 969 inmigrantes, en el último censo municipal la población inmigrante se situaba por debajo de los 900, concretamente se habían contabilizado 866 vecinos extranjeros.

Marín sigue siendo el segundo municipio de la comarca en cuanto al acogimiento de población extranjera, solo superado por Pontevedra.

El 3,7% de la población de la comarca es extranjera, según el último balance hecho público por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con un total de 7.019 personas oriundas de otros países en los 14 municipios de la comarca, supone un aumento de más de 60% con respecto a los que se registraban hace una década.

Marín, como puerto de mar, presenta un notable porcentaje de naturales de otros países y en este sentido es también el municipio con un mayor porcentaje con respecto a su población (casi un 4 por ciento) cuando en municipios como Campo Lameiro este porcentaje se reduce a un 1%.

Pese al incremento del último año, la villa mantiene un abrumador saldo migratorio negativo durante los últimos años. Si en 2012 ese índice fue de -135, en el ejercicio anterior se llegó a -372 y a -130 en 2010.

De este modo, en la última década, se ha marchado del municipio marinense medio millar de vecinos más de los que llegaron.

Según los últimos datos recogidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE), Marín se sitúa en números rojos de crecimiento vegetativo, al igual que otros municipios tan importantes como Sanxenxo o Caldas de Reis, así como todos los demás de la comarca. No ocurre lo mismo con Pontevedra, Poio y Barro, que crecen en este cómputo.

Hasta el 31 de julio pasado -último padrón cerrado por el IGE- en Marín habían venido al mundo 171 personas y lo habían abandonado 208, lo que ofrece un saldo negativo de 37 individuos. El balance también es desfavorable en toda la comarca de O Morrazo, donde el cómputo es de 48 personas fallecidas por encima de las nacidas.