Harina de trigo, huevos, azúcar, mantequilla, ralladura de limón, huevos, aceite de oliva, cacao, anís, leche... Los más sabrosos ingredientes, reconocen los expertos, no serían suficientes para elaborar los sabrosos dulces de convento. Se exige además amor, rezos o la tradición secular de una receta, entre otros ingredientes a los que apunta Javier Mosquera, organizador de "Ponte Doce".

Recuerda que se trata de una feria muy especial (solo se celebran 7 de su tipo en toda España) en la que "vamos a poder comprar productos que no se encuentran en ningún otro sitio", una oportunidad única para hacerse con dulces que solo pueden adquirirse directamente en cada convento.

En esta ocasión participan 25 conventos, seis de ellos gallegos, las Benedictinas de Trasmañó, de Cuntis, Viveiro y Santiago, las Dominicas de Santiago y el Císter de Sobrado.

Éste aporta una de las novedades de este año ya que presenta un dulce de leche que elabora en su granja, con 200 reses de ganado vacuna. "Este año el precio de la leche ha sido tan bajo que los animó a hacer dulce de leche que presentan aquí", explica Mosquera.

Éste acompañó a la concejala de Promoción Económica, Anabel Gulías, en la visita inaugural a la feria, en la que la edil expresó su apoyo a los monjes de Sobrado y en general al sector lácteo gallego, antes de animar a los pontevedreses a que acudan a la feria a disfrutar de las exquisitas propuestas de los conventos.

Entre las novedades también figuran este año los dulces sin azúcar de las Carmelitas de Córdoba, una receta elegida este año como la mejor de la repostería monacal.

También están las famosas "Avemarías" de las Dominicas de Sevilla, bautizadas así "porque el tiempo de elaboración de la masa son el rezo de 40 avemarías".

También las Clarisas de Ronda hacen uso del rezo, en este caso para contabilizar el batido de las masas.

También está presente el convento con la primera pastelería de España, las Clarisas de la Estepa que desde el año 1599 elaboran los famosos mantecados de la Estepa (los que se venden fuera del convento se hacen a partir de la receta original que el recinto monacal cedió al pueblo de Estepa en una hambruna), o las Dominicas de Viveiro y su elogiada Tarta Real, o las Agustinas de Sevilla y sus afamadas yemas de San Leandro. Son el postre más caro (14 euros la caja) en buena media porque cada yema exige unos 10 minutos de trabajo a partir de una receta del año 1763.... Y así hasta completar decenas de oportunidades de pecar de gula: la tentación vive en el Mercado.