El alcalde, Miguel Fernández Lores, no intervino en todo el debate pese a que él fue el blanco de casi todas las críticas. Sí lo hizo como remate final de la sesión, cuando ya se había desarrollado la votación y su voto de calidad resolvió a favor de los nacionalistas. Fue entonces cuando el regidor se declaró "orgulloso de aprobar estos presupuestos porque serán positivos para el municipio". En referencia al principal reproche de la oposición (aprovecharse de la baja médica de Abal), Lores indicó: "Convoqué este pleno el viernes y después usted (en referencia a Moreira) me llamó para decirme que no podía asistir un concejal. Lo valoré y llegué a la conclusión de mantener la sesión, entre otras razones porque no vi en la oposición un presupuesto alternativo al no ser capaces de ponerse de acuerdo ni de presentar enmiendas coherentes". Eso sí, una vez que defendió el documento, el alcalde no tuvo empacho en admitir que "si no hubiera presupuesto, tampoco pasaba nada" y se optaría por prorrogar los actuales, una posibilidad que manejó todos estos días el BNG ante la previsible derrota plenaria, que finalmente no se produjo por una "causa de fuerza mayor", como apuntó el PP.

Lores insistió en que "son necesarias" estas cuentas y subrayó que "mi obligación es gobernar y no me arrepiento" de mantener la sesión de ayer, que le otorga un cierto margen de maniobra para su política presupuestaria sin verse obligado a acudir a modificaciones periódicas a lo largo de 2016.