Jacobo Moreira, portavoz del PP, calificó el primer documento del presupuesto, la Memoria de la Alcaldía, como "panfleto político en el que presume del modelo de ciudad, de calidad y sostenibilidad ambiental en una ciudad que carece de transporte público. Supongo que en sus múltiples viajes por el mundo no dirá que aquí no tenemos ese servicio porque es una vergüenza".

Tras criticar, al igual que sus compañeros de la oposición la "falta de medidas para generar empleo y el menor peso de los servicios sociales", el líder del PP municipal insistió en sus propuestas de reducción de la presión fiscal y aumento de los gastos sociales. En concreto, abogó por rebajar el IBI un 10% en términos generales, con bonificaciones para familias numerosas, el recorte de la "Viñeta" un 25% y la supresión del impuesto de Plusvalía para transacciones entre padres e hijos o abuelos y nietos. "Siempre le tenderemos la mano para llegar a acuerdos", insistió.

Estos planteamientos fueron desoídos por el BNG e incluso criticados por Ciudadanos y, sobre todo Marea, cuyo portavoz, Luís Rei, ejerció por un segundo de aliado del gobierno local y llegó a decir que "eso de reducir los ingresos y aumentar los gastos no se le ocurre ni al que asó la manteca".