María Rey, concejala de Ciudadanos, logró incluir en el presupuesto dos enmiendas parciales, para destinar fondos a los adjudicatarios de las viviendas de Valdecorvos y para contratar a una asistente social. Pese a ello, votó en contra de las cuentas porque "no están a la altura del primer problema de Pontevedra, el paro". Criticó la lentitud en otorgar las licencias de apertura de nuevos establecimientos y las condiciones de trabajo de los funcionarios que las estudian, "con los expedientes almacenados en el suelo".

También se quejó de la ineficacia del Consello Económico y Social y reclamó "más apoyo a los hosteleros, tanto los de día como los de noche, a los que se les trata como delincuentes". Relató partidas "inútiles" en alquiler de oficinas, informática o publicidad (que suman al menos 700.000 euros) y apuntó que "como mujer, madre, concejala y empresaria, no puedo aceptar este presupuesto".

Se definió como integrante de la "clase media trabajadora, que no llama a las puertas solo en campaña ni nos dedicamos a vender humo". Lo hizo justo antes de lanzar un "dardo" al PP, grupo que en las últimas semanas ha convertido a Ciudadanos en una de sus dianas, quizás por su pronosticado auge en las elecciones generales: "El PP dispone de dedicaciones exclusivas, una de ellas del edil que hoy no está, y siempre apoya al BNG en los asuntos importantes".

Luís Rei, concejal de Marea Pontevedra considera que el presupuesto de 2016 es "una fotocopia del de 2105, con una Memoria de la Alcaldía que dedica su mayor extensión al autobombo pero nada al desempleo, el transporte público, el PXOM o la participación vecinal". Tras exponer las cuatro pilares básicos de Mares (plan de emergencia social, de empleo, de municipalización de servicios y de presupuestos participativos -la única de sus enmiendas que se aceptó-), Rei puso la nota de humor al debate al defender la necesidad de un raimundólogo que nos explique los mecanismos mentales" del concejal de Facenda a la hora de elaborar las cuentas y defenderlas.

A juicio de Marea, "la principal damnificada es la democracia, con obstáculos para toda la oposición, si bien en el reparto de estos obstáculos son mayores para Marea y Ciudadanos (que carecen de dedicación exclusiva alguna) que para otros y eso lo facilitó el PP", segundo grupo al que atacó ayer Rei tras el BNG. Por ello, la formación rupturista lanzó un órdago a los demás grupos de la oposición: "Acordemos una nueva reorganización del ayuntamiento para lograr un funcionamiento de mayor calidad democrática" y redistribuir esas dedicaciones.

Para el PSOE, los presupuestos municipales aprobados ayer son "una chapuza, un terreno en el que usted (en referencia a Lores) se maneja bien, se siente cómodo". Insistió en que es un documento "para salir del paso y sin otro proyecto que seguir en el poder, sin ofrecer nada nuevo, sin general ilusión ni confianza". Así se expresó el portavoz socialista, Agustín Fernández, que echa en falta también un "plan estratégico para diez o quince años pactado con los agentes sociales".

En esa misma linea, subrayó que el presupuesto, pese a ser aprobado "por los pelos", "no le va a servir de nada porque no lo va a ejecutar, no serán ustedes capaces de gestionarlo y gastarlo". También lamenta la falta de medidas para hacer frente a los "desahucios o a la pobreza energética" y apostarlo todo a "las aceras, que no llegan, y a los lombos, que sobran".

Fernández comprende que el BNG no llegara a acuerdo alguno con la oposición para sacar adelante las cuentas de 2016 porque "ni siquiera puso de acuerdo a los suyos. Fue un vía crucis, primero para cuadrar las cuentas y después para contentar a su equipo" con un documento que "tiene carencias evidentes en participación ciudadana o medidas contra el desempleo".

Jacobo Moreira, portavoz del PP, calificó el primer documento del presupuesto, la Memoria de la Alcaldía, como "panfleto político en el que presume del modelo de ciudad, de calidad y sostenibilidad ambiental en una ciudad que carece de transporte público. Supongo que en sus múltiples viajes por el mundo no dirá que aquí no tenemos ese servicio porque es una vergüenza".

Tras criticar, al igual que sus compañeros de la oposición la "falta de medidas para generar empleo y el menor peso de los servicios sociales", el líder del PP municipal insistió en sus propuestas de reducción de la presión fiscal y aumento de los gastos sociales. En concreto, abogó por rebajar el IBI un 10% en términos generales, con bonificaciones para familias numerosas, el recorte de la "Viñeta" un 25% y la supresión del impuesto de Plusvalía para transacciones entre padres e hijos o abuelos y nietos. "Siempre le tenderemos la mano para llegar a acuerdos", insistió.

Estos planteamientos fueron desoídos por el BNG e incluso criticados por Ciudadanos y, sobre todo Marea, cuyo portavoz, Luís Rei, ejerció por un segundo de aliado del gobierno local y llegó a decir que "eso de reducir los ingresos y aumentar los gastos no se le ocurre ni al que asó la manteca".