Ni se suspendió el pleno ni se levantó de la sesión ningún concejal del BNG para equilibrar las fuerzas. El gobierno local aprovechó esta mañana la conocida ausencia del edil del PP César Abal (que se sometía a la misma hora a una operación quirúrgica) para aprobar en solitario el presupuesto municipal de 2016, unas cuentas que rondan los 72 millones de euros y que cuentan con el rechazo unánime de toda la oposición.

Con doce concejales, el BNG iniciaba la sesión con el mismo número de ediles que PP, PSOE, Marea y Ciudadanos, lo que, salvo sorpresa que no se produjo, otorgaba al gobierno local la ventaja del voto de calidad del alcalde, herramienta que se utilizó en la votación, tras dos horas de debate.

Después de sacar adelante las cuentas, el regidor, Miguel Fernández Lores, se declaró "orgulloso" de aprobar el documento y argumentó que no se aplazara la sesión por la ausencia de Abal en que "no vi que la oposición fuera capaz de ponerse de acuerdo para pactar un presupuesto alternativo".

Los demás grupos, especialmente PP y PSOE, criticaron la actitud del BNG de no "compensar el resultado de las urnas" provocando que uno de sus ediles también se ausentase de la votación. El socialista Agustín Fernández calificó el resultado final de "mezquino" y el popular Jacobo Moreira señaló que "se demuestra la decrepitud y agonía política en la que está instalado el alcalde".