El investigador Gil Garrote, de la Facultad de Ciencias del campus de Ourense, participa en un proyecto liderado por la Universidad de Córdoba y el Campus de Excelencia Internacional Agroalimentaria con el objetivo de aprovechar los desechos de la recolección agrícola para la fabricación de materiales de última generación con los que elaborar nanofibras de celulosa, limpiar vertidos marinos de petróleo o crear apósitos sanitarios con sensores biométricos.

Los estudios se centran en la paja de cereales como el trigo, la cebada o la avena, que actualmente se utiliza para alimentar el ganado o se deshecha, en ocasiones, mediante fuegos controlados.

La celulosa es uno de los polímeros más disponibles en el planeta por su presencia en vegetales y actualmente se obtiene principalmente de especies madereras. El profesor Garrote ha desarrollado nuevas técnicas de separación de la celulosa de la paja del cereal y la lignina que además resultan ambientalmente favorables pues utilizan sosa a presión atmosférica.

La celulosa obtenida se puede aprovechar directamente para hacer celulosa noble, mientras que las hemicelulosas se utilizan en el desarrollo de compuestos de interés industrial como el xilitol.

El grupo de la Universidad de Córdoba, dirigido por Alejandro Rodríguez Pascual, tiene una amplia experiencia en la obtención de papel y cartón a partir de la celulosa.