Iván Pan, de 30 años, participó el pasado fin de semana, por primera vez, en la Gran Recogida Solidaria del Banco de Alimentos. El joven ingeniero, decidió ponerse manos a la obra aprovechando que desde hace unos meses se encuentra en paro y tiene más disponibilidad de su tiempo. "Siempre me ha gustado ayudar y hasta ahora lo hacía de forma pasiva. Soy socio de alguna ONG y aportaba, como yo lo llamo, desde el otro lado. Pero quería hacerlo desde dentro", explica.
Cuando vio, a través de internet, que el Banco de Alimentos necesitaba voluntarios para la gran recogida del año no lo dudó y participó el viernes en el Lidl de la Avenida de Vigo y el sábado en el Carrefour de A Barca, en Poio.
"La experiencia fue muy buena porque el 90 por ciento de la gente dio alimentos. Hubo algunas personas que nos trajeron carros valorados en 50 y en 100 euros", dice impresionado.
"No sabemos cuánto le puede suponer a una personas esos 100 euros, pero es algo que, desde el lado de la recepción, se agradece muchísimo", puntualiza.
Iván Pan reconoce que la experiencia le satisfizo mucho. "Me hizo sentirme útil, muy bien. Repetiría sin dudarlo. Son unas horas de pie, pero compensa con creces", dice.
"Causas hay muchas. Entiendo que no se puede ir a todas, pero hay 365 días al año y al menos uno se puede colaborar durante unas horas", afirma para animar al resto de jóvenes a participar en el voluntariado.
